Pelayo, reconquista y ¡¡ viva España!!
La corrupción en Andalucía y las erráticas coaliciones del gobierno del PSOE en Madrid abren las puertas a la ultraderecha en España
SD.-La cariacontecida presidenta de la Junta, Susana Díaz, en sus declaraciones tras la debacle socialista en las elecciones de ayer fue la calcomanía de la misma que regaló a España después de su derrota en las primarias socialistas con las que quiso liderar una nueva andadura al mando de la nave socialista que hoy pilota Pedro Sánchez.
Y, ciertamente, no es la cara de la derrota, aún siendo la más votada, por lo contrario es la incredulidad de quien quiso creer que ella y su partido se perpetuarían en el poder ad eternum.
Pretender, después de 36 años de martillo pilón socialista, volver a presidir la Junta con un montaraz PP, que suma lo suficiente con Cs y Vox, es algo que desde luego no entra en los cálculos de Juanma Moreno y menos de Juan Marín que no podrá revalidar su alianza como desde hace doce años con el PSOE, primero en el ayuntamiento de Sanlúcar con Irene García y Víctor Mora y finalmente con Susana Díaz, la misma que ayer pidió la unidad de la izquierda para alejar el fantasma del fascismo pero a la que no le tembló el pulso para botar del gobierno de San Telmo a Izquierda Unida, incapaz PSOE - de acometer las políticas de izquierda que le exigía la formación de Antonio Maillo en defensa de las clases más desfavorecidas.
La política es el arte de lo imposible pero mucho tendrían que cambiar las cosas para que el PP desdeñara los votos de Vox que sumados a los de Cs le abre las puertas a San Telmo aunque tendrá que explicar a sus votantes la diferencia entre criticar al PSOE por gobernar con anticonstitucionalistas en Madrid y gestionar la vida de los andaluces con el apoyo de aquellos que tampoco respetan la Constitución.
Las pretensiones del oportunistas relojero sanluqueño Juan Marín, de pobre y primaria oratoria, representante de la marca catalana Cs en Andalucía, de presidir la Junta no es más que otro brindis al sol al que ya nos tiene acostumbrado el jefe del clan de Sanlúcar que anoche pudimos escuchar y ver eufórico en una brevísima intervención a la que siguió el líder Rivera que eclipsó su efímera y vacua declaración.
La llamada a la unión de la izquierda de Adelante Andalucía, después de la pérdida de tres diputados, es innecesaria por no haber representado el PSOE-A, nunca, la ortodoxia progresista de la que hace gala con su despliegue mediático y cromático en cualquier cita electoral, pero es igualmente reprobable que la coalición de Podemos e IU más otras fuerzas menores pretenda asaltar el palacio de invierno cuando su líder más emblemático Pablo Iglesias, por más que le asista su derecho a elegir su residencia, viva en una casa, chalet o mansión que lo aleja de la clase trabajadora y acerca a la tan denostada “casta”.
Andalucía, Sevilla, decían ayer en la sede de Adelante Andalucía, será la tumba del fascismo pero la evidencia dice que los andaluces tienen el dudoso honor de ser el trampolín para que la voz de los nostálgicos resuene de nuevo en el Congreso de los Diputados, y que deberá asumir, como propio éxito el PP que durante décadas buscó su cantera de votos en toda España menospreciando a los catalanes y a su Estatuto poniéndole la guinda con la nefasta gestión del 1 de octubre, actuando tarde y mal generando víctimas independentistas, el crecimiento imparable de éstos y los varapalos de la justicia europea o de Amnistía internacional a España, por los políticos catalanes encarcelados o prófugos de la Justicia.
Pelayo, reconquista y ¡¡ viva España!! los vocablos más oidos en las declaraciones del líder andaluz de Vox resume nitidamente la carta de presentación de esta nueva fuerza política que emerge emancipada del PP en el milenario Al-Ándalus.