El sorpasso naranja
SD.-España sigue perpleja, anodada, con los resultados de las andaluzas en las que el PSOE, siendo los vencedores sin paliativos, son los grandes derrotados, la misma paradoja que el desastre del PP les convierten en virtuales vencedores de estas elecciones porque sí o sí Juanma Moreno Bonilla quiere ser el candidato para presidir la Junta de Andalucía con los votos necesarios de Vox con el que competirá por asegurarse el liderazgo del ultranacionalismo neoliberal que preconiza la nueva formación política salida de los desencantados con la “mano blanda” del PP en la crisis catalana, a la postre protagonista en nuestras elecciones y a la que todos han dado el oxígeno suficiente para mantenerlos y auparlos hasta el Palacio de San Telmo con nada amenos que 12 diputados.
Las autocríticas de los dos partidos de izquierdas, la oficialista, hasta ahora no parecen lo suficiente si bien entre los anticapitalistas de Podemos y los susanistas del PSOE miran para otro lado culpando a las direcciones de sus partidos del maremoto en el mapa electoral.
El gran ascenso, en el número de diputados, de la marca naranja catalana propiciado por Albert Rivera en Andalucía, como tercera fuerza política, no le garantiza a Marín presidir la Junta pero ha sembrado de preocupación tanto a populares como socialistas que ven amenazado su bipartidismo particular en las próximas municipales o generales.
Y es en el ámbito local, el de Sanlúcar, donde el sorpasso naranja a los socialistas se ha producido con 320 votos que no se pueden ignorar con la nimia respuesta de comparar la intención de voto de la ciudadanía con según que elección tiene lugar.
El reinado socialista en Sanlúcar tocará fondo si al auge de Cuidadanos se suman, igualmente, los más de 2700 votos obtenidos por la ultraderecha, la probable repetición de malos resultados para el PP y la izquierda virtual del PSOE y aquella real representada por Podemos e Izquierda Unida.
Revertir las políticas sociales practicadas con la vara de medir neoliberal, como la compañera Susana Díaz, durante 12 años en Sanlúcar será misión imposible para recuperar la confianza de los que alguna vez creyeron en el socialismo y de facto es ya terreno abonado para predecir que los sueños de la “sinrazón” crean monstruos.
