Hoy este humilde desarticulista quiere comenzar con una cancioncita que supongo que a más de uno nos traerá algún nostálgico recuerdo: “Duérmete niño/ duérmete ya / que viene el Coco y te llevará / duérmete niño / duérmete ya/ que viene el Coco / y te comerá”

Es de Vox Populi, valga la redundancia, que el tan traído y taimado Coco ha llegado para quedarse y no es precisamente aquellos cocos que llegaban todos los años e iban de feria en feria.

Hablar de Vox en estos días de la investidura es como hablar de un coco en el amplio sentido de la palabra. Nunca sabremos como está por dentro hasta que no tengamos el placer de romperlo. Me pregunto ¿Cuántas veces le hemos dado un buen martillazo al coco y nos hemos encontrado podrido el interior?, en mi caso creo que bastantes y ahí lo dejo.

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Volviendo a la Vox Populi, la otra acepción para el coco no es la fruta, es el coco como sinónimo de bacteria y por ahí creo que entra la frasecita de crear un cordón sanitario para intentar parar su reproducción.

Está muy claro que estás nuevas formaciones políticas Podemos versus Vox tienen demasiado en común. Uno u otro intenta provocar la alarma social ya sea mentando las maldades de la derecha o en todo caso mentando las maldades de la izquierda. No acabarán nunca por darse cuenta de que cuanta más alta es la descalificación hacia uno u otro bando más fuerte se vuelve el supuesto centro.

 

En toda pugna política siempre encontraremos dos bandos enfrentados en lo que son los extremos, unos serán como dicen más fachas que don Pelayo y otros más comunistas que el propio Carlos Marx.

Volviendo a lo que es Vox Populi solo puedo decir que “tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando”. De una u otra forma y con distinta dialéctica los dos bandos enfrentados plantean unas tesis muy parecidas. Los dos llevan por bandera la ideología, pero no el conocimiento, la simbología es más importante qua una supuesta eficiencia y no olvidemos que los dos practican una tolerancia cero que acabará de un plumazo con todos aquellos que no piensen como ellos.

En este movimiento la prensa influye sobremanera, recordemos como la extrema izquierda era financiada por Venezuela e Irán y como ahora la extrema Derecha también está siendo financiada por Irán.

Los dos frentes tienen puesto el foco de atención y cada palabra o frase que se pronuncia acaba siendo objeto de las críticas desaforadas.

No creo que a estas alturas  a nadie se le escape que este enfrentamiento solo sirve para alimentar la tensión que se produce entre la izquierda y la derecha. ¡Que viene Vox! es ahora el grito de guerra, hasta hace poco era ¡que viene Podemos!. Con esto lo que se consigue es no debatir los problemas que debemos de ir bandeando día a día.

Esta maniobra aplicada a la política de nuestro pueblo no tiene tampoco el más mínimo desperdicio. En nuestra localidad por suerte no contamos con un Vox, pero si que contamos con una antitesis que para el caso viene a tener su misma sangre populista y demagógica. El no por el no, el criticarlo todo sin aportar soluciones es caer en una trampa dialéctica que al final arrastra al votante a elegir entre la espada y la pared. En este punto tengo por seguro que puestos a elegir el votante elegirá a quién le salve del supuesto peligro.

Todo apunta a que ese enemigo seguirá dando la razón a su existencia y a su confrontación constante. Quedará por saber si este juego de negativas nos llevará a algún sitio tranquilo o por el contrario seguiremos aguantando el mal ambiente.

 

José Luís Zarazaga Pérez

 

 

 

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