Quieren las paredes mudas como en la dictadura
José Luis Zarazaga Perez.-Hoy este humilde desarticulista quiere comenzar a martirizar a sus sufridos lectores con la frase que se le atribuye a Bansky: “Una pared es un arma muy grande. Es una de las cosas más desagradables con las que puedes golpear a alguien”
Durante la transición democrática o quizás antes la pared era un arma de reivindicación política amén de los insultos que se escondían ante el anonimato de dejar algún tipo de pintada sin firma. La pintada no el graffiti que es un anglicismo, se constituía así en un arma de doble filo. Vamos a retroceder al año 1987, se presenta la moción de censura contra el alcalde comunista José Luís Medina Lapieza cuyo acto se desarrolla en lo que es el antiguo cine san Agustín.
Sanlúcar se llena de pintadas anónimas, unas más insultantes que otras, contra un acto que se define como contranatural pero que si tiene cabida dentro de lo que es el juego democrático. Es curioso ver como cada Ayuntamiento cada vez que se produce una moción de censura toma como norma estrella acabar con la suciedad de nuestro pueblo y la primera medida que se le ocurrió a nuestro nuevo Equipo de Desgobierno fue acabar con las pintadas que adornaban la mayoría de fachadas de nuestra localidad, no solo se planteó el eliminar de las fachadas el reguero de penes, para aclarar nabos en sanluqueño, que algún pintamonas aficionado se había dedicado a pintar a diestro y siniestro, sino que también se decidió eliminar toda reivindicación política. Es verdad que en este pueblo nunca estamos contentos con nada y cierto grupo político dentro del anonimato que daba la pintada sin firma decoró cierta cantidad de fachadas con la siguiente frase: “Quieren las paredes mudas como en la Dictadura”, a mi personalmente la pintada me agradó aunque me llegó a gustar más la que apareció en el Puerto de Santa María y que decía “Cada vez que cago hago fuerza Nueva”, para gustos colores, no voy a entrar en la gracia que le pueda hacer a cada cual el sentido de las frases pero si voy a detallar un punto que une a cada una de ellas. La cobardía del que lanza la piedra y esconde la mano. Es muy fácil y poco ético el lanzar un mensaje no firmado, se utiliza el muro para argumentar algo pero no se quiere reivindicar y por supuesto asumir las consecuencias de dicho argumento. Recordemos la pintada que había en la pared del desaparecido gran Cinema: “Kunfú ha muerto, viva Rambo”, aunque fuera una cochinada para la pared, tenía cierta gracia y se dejaba un mensaje en el muro que aunque no hubiera llegado a la categoría de Bansky merecía contar con la firma de su autor.
Hoy está mal visto por parte de la sociedad el expresar opiniones o lanzar diatribas en los muros de nuestro pueblo, hoy existen lo que llaman muros digitales, caso de Sanlúcardigital o las diferentes redes sociales, pero con una enorme diferencia, en el primer caso hay que hacerse cargo de las consecuencias de lo que se comunica y en el segundo impera la cobardía y la falta de identidad que permite que cada uno largue por esa boquita digital todas las ventosidades anales que pululan por su cerebro.
Hace mucho que las redes sociales se definen como muro de expresión y sustituyen a lo que eran las antiguas pintadas de nuestras paredes, pero hay una pequeña salvedad que las hace diferentes. “la libertad que te da el estar frente a un ordenador y no arriesgarte que te pillen con un spray en la mano”. Esto último ha desvirtuado la libertad de expresión hacia el todo vale, el muro de las redes sociales se ha plagado de ideas que buscan fracturar sin argumentos y a la vez permitir todo tipo de insultos, descalificaciones, comentarios racistas, sexismos, falsedades, conspiraciones, intoxicaciones y todo aquello que se les ocurra ciertas cabecitas pensantes, eso si, acaparadas en el mayor de los anonimatos.
Este desarticulista ha sido censurado en varias páginas de las que se cuecen en una red social, concretamente “Sanlúcaropina”, aunque uno piense que debería de llamarse.”Sanlúcaropina lo que Izquierda Hundida quiera que se opine”
A los que se rasgaban las vestiduras porque quieren las paredes mudas como en la dictadura, no les tiembla el pulso a la hora de bloquear a todo aquel que opine de forma discrepante.
En una página o mejor dicho muro de opinión y debate no vale todo, no se trata de censurar, sino de debatir con control y responsabilidad, pues no es lo mismo opinar que insultar, ni discrepar que incitar al odio.
En fin, lo que está claro es que lo que está en juego no es solo ensuciar una pared, está en juego el lograr que podamos expresarnos, interactuar, formar juicios objetivos y por supuesto debatir libremente.
Bueno mientras llega ese momento me voy a hacer Fuerza Nueva y mi problema es que antes podía usar el periódico para terminar la faena pero con la tablet lo veo algo complicado.
Como expresó abiertamente un graffitero . ¡SI LA PRENSA CALLA, QUE HABLEN LAS MURALLAS! Amen.
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