Podrían hacerse dos centros de desintoxicación y reciclaje de drogodepentdientes, una nueva piscina cuubierta. Podría reactivarse la dañada economía sanluqueña creando fondos de inversión pública. Con sólo 12.000 euros de ayuda a familias sin recursos podrían comer 1.266 familias durante un año. Y en cambio, este dinero volatilizado en tiempos del PP -según informa El País del 25-4-09- ha terminado en el bolsillo particular de estos desvergonzados ladrones, que hacen tabla rasa con todo el presupuesto de los sanluqueños y sanluqueñas.

El abandono secular de nuestro pueblo es comprensible si tenemos en cuenta que todos los recursos que puedan llegar terminan en la cuenta corriente de estos rateros, o bien son camuflados en empresas satélite puestas a nombre de sus familiares. No podemos callarnos, tenemos que gritar o reventar, tenemos que quejarnos ante la justicia. ¿Acaso la adjudicatura no piensa hacer nada? Que devuelvan el dinero, que se confisquen los bienes que hayan acumulado. O que nos den a todos por allí si agachamos la cabeza como borregos y nos callamos como ninfas de Judea. Viva mi cuenta corriente