Cuando robar sale gratis a los políticos
SD.-La apatía reinante en todo el país en general y en Andalucía en particular no es más que la enésima muestra del distanciamiento entre políticos y ciudadanos y otro paso atrás en la implantación de una democracia real y participativa en nuestra sociedad.
Como muestra, otro botón, son las decisiones políticas tomadas para defender intereses partidistas, como la reciente concesión de sendos indultos a un político y un empresario catalán implicados y condenados a cuatro años de cárcel por prevaricación y una más que presunta financiación ilegal de un partido político con el dinero de los contribuyentes.
Ahora es el momento de actuar con contundencia ante tan deleznables acciones llevadas a cabo por aquellos a los que los votantes depositaron su confianza y sin embargo el corporativismo político para defender al clan prima sobre la justicia.
Es cuanto menos sorprendente como a estos dos pollos de la política catalana gozan de impunidad y subsanan su deuda delictiva de cerca de 50.000 euros desaparecidos de las arcas públicas con multas de algo más de 3.500 euros.
Desde SD reiteramos la injusticia que el Consejo de Ministros socialista hiciera allá por septiembre de 2009 con un político de provincias que no pudo disfrutar del
indulto por empujar a un municipal, delito menor, ciertamente, por un comportamiento impropio de un responsable público,pero que a todas luces
fue más grave que el hecho que hoy traemos aquí de la actualidad política, es decir robar.
El gobierno del PP en pro de no se sabe que intereses ha concedido un indulto a estos dos delincuentes catalanes, y el gobierno socialista por esas mismas e ignotas razones negó el indulto al señor Antonio Prats, secretario del PA en Sanlúcar, lo que a la postre acarreó su inhabilitación como concejal y la pérdida de dos representantes en el Salón Plenario en las pasadas elecciones municipales como daño indirecto y colateral..
Por si fuera poco el Partido Andalucista y Antonio Prats estuvieron severamente marcados en período electoral por el apagón mediático en prensa escrita y TV municipal pagados con el dinero de todos los sanluqueños, así como la asfixia económica premeditada y alevosamente ejercida institucionalmente por sus adversarios políticos más directos.
Además de las hostilidades internas contra él, por acomodaticios intereses económicos, que se adornaron y justificaron aireando publicamente irregularidades contables que nunca se demostraron y menos aún se denunciaron, de algunos de sus concejales, incluida la tránsfuga Berenguela Rodríguez, Antonio Prats, sin duda, perdió por méritos propios las elecciones al no haber sabido elegir para su lista ciudadanos responsables que obedecieran más a la llamada de servicio público que a esperar los réditos tras una hipotética victoria para gobernar o asociarse al más votado.
Igualmente, en la nebulosa neuronal del Partido Andalucista de Sanlúcar solo brillaba, aunque fuera como “enana blanca” el sol del líder andalucista que sufrió el déficit de materia gris y la falta de compromiso de los que una vez encallado el barco lo abandonaron inmediatamente con la misma irresponsabilidad que un afamado y desgraciado capitán italiano, por no mencionar el fracasado proyecto político de TPS creado por la escisión andalucista con el único fin de dañar la imagen del secretario local hasta obligarle, sin conseguirlo, a renunciar de su cargo y al abandono de su acta de concejal.
El PA sigue dando bandazos pero la tridente y disidente oposición interna, así como sus satélites, fracasaron en sus objetivos y Antonio Prats, sempiterno candidato a la alcaldía de Sanlúcar, rey con dinero o sin dinero, sigue haciendo lo que quiere, paseando por la Calle Ancha viendo pasar los cadáveres políticos de todos y cada uno de sus enemigos y pagando, con los inmensos recursos económicos del PA, la factura de esta crónica editorial y al medio digital que la publica.
