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14 de Noviembre de 2013
¿Plagio?... sería un escándalo 
"El domingo 3 de noviembre el escritor y periodista Juan José Téllez escribió una magnífica columna de opinión en el diario digital publico.es, 'Cuchillas en la frontera'.
El 9 de noviembre, seis días más tarde, Vicente Ramírez, miembro del PSOE y concejal de Igualdad en el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, publica en Sanlúcar Información un artículo de opinión bajo el título 'Fronteras  de sangre y odio'
Son dos textos idénticos, bueno, idénticos no, casi idénticos..."
Luis Enrique Ibañez.-Hay que ver qué malas pasadas nos juegan las nuevas tecnologías. Creemos que constituyen herramientas maravillosas, mágicas, y, sin embargo, a veces se ponen traviesas, nos ponen cara de burla, preparan trampas a nuestro paso y consiguen que, aunque no hayamos hecho nada malo, aunque nuestra inocencia resplandezca luminosa como el sol, nos despeñemos por el barranco del ridículo más vergonzoso. Y es allí abajo donde ya no podemos articular ni una sola palabra, enmudecemos, pálidos.

Y sí, hay textos iguales, con autores diferentes, no vayan a creer. Pero claro, no es culpa de nadie. Esos textos coincidentes son consecuencia de los caprichos de la diosa Fortuna, son fruto del azar, de esas malditas casualidades que nos tuercen el destino. Son culpa de los ordenadores, esas máquinas diabólicas que se niegan a obedecer nuestras órdenes. Le dices al ordenador, por ejemplo, que teclee el nombre del autor original de un texto, lo quieres mencionar, porque claro, no vas publicar un texto sin el nombre de su autor de forma premeditada, eso sería un escándalo... bueno, pues eso, envías la orden y va el cabrón del procesador de textos y dice "sí, sí, recibido, ahora lo pongo" pero nada, el ordenador se descojona de la risa y se pone a jugar, despreocupado, con otros programas, traviesillos como él. Y luego eres tú el que se tiene que comer el marrón, es a ti al que te dicen que has copiado un texto, cuando tú en realidad no tenías la más mínima intención de plagiar nada.
 
El domingo 3 de noviembre el escritor y periodista Juan José Téllez escribió una magnífica columna de opinión en el diario digital publico.es, 'Cuchillas en la frontera'.
 
El 9 de noviembre, seis días después, Vicente Ramírez, miembro del PSOE y concejal de Igualdad en el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, publica en Sanlúcar Información un artículo de opinión bajo el título 'Fronteras  de sangre y odio'

Son dos textos idénticos, bueno, idénticos no, casi idénticos.

No obstante, yo supongo que todo esto se ha debido  a un inocente error provocado por el teclado del ordenador, la enmaquetación del artículo, las prisas, siempre tan malas consejeras, los duendecillos malignos de la informática... 

Puede que lo que realmente deseaba Vicente Ramírez era utilizar su tribuna periódica para hacernos partícipes a los ciudadanos de Sanlúcar de la necesaria columna del escritor Juan José Téllez. Un acto de generosidad, vamos, pues nosotros, los sanluqueños, somos cortos de mira, y no nos aventuramos a leer otros periódicos, otros textos, otros autores. Y lo que ocurriría sería que al final el nombre del autor original se perdió por el camino, se escurrió entre las teclas, pero sin querer, seguro.

Porque si hubiera sido de forma intencionada, estaríamos ante un caso de desvergüenza total, de corrupción periodística, de desprecio al trabajo del autor, de plagio descarado, de bochornoso atentado contra la intelectualidad, de desprecio a la autoría, de burla al duro trabajo de intentar juntar oraciones con sentido y expresar una postura ideológica, de mofa mafiosa ante la toma de conciencia,  de insulto a la inteligencia de todos los que nos asomamos con frecuencia a ese medio de información, incluso a los artículos de Vicente Ramírez.

Pero el caso, y aquí viene lo más curioso, es que los dos textos no son absolutamente iguales. Insisto, probablemente se trate de otro error no intencionado, de otra travesura del genio de la informática, ayudado por la urgencia de las publicaciones improvisadas.

¿Improvisadas? No sé... últimamente dudo de todo.

En el texto de Vicente Ramírez, han desaparecido palabras, frases,  que sí aparecen en el texto de Juan José Téllez. Es como si el genio del ordenador hubiera decidido, él solito, qué partes sobraban en el extraordinario artículo de Téllez. Veamos.

En el primer párrafo del texto original, el de Juan José Téllez, podemos leer:

"España vuelve a colocar cuchillas en la frontera de Melilla. Ya lo hizo en el pasado, advierten los telediarios. Ahora, el afilador es del Partido Popular, pero antes lo fue del PSOE. No es una amenaza..."

En el texto publicado por Sanlúcar Información, en la sección habitual de Vicente Ramírez, leemos:

"España vuelve a colocar cuchillas en la frontera de Melilla. Ya lo hizo en el pasado, advierten los telediarios. Ahora, el afilador es del Partido Popular. No es una amenaza..."

¡Tachán! La prestidigitación sube a  escena, no sabemos cómo, pero la alusión al PSOE, ha desaparecido: fuera eso de pero antes lo fue del PSOE,  como que no hace falta, para qué vamos a meter al PSOE en esto.

En el último párrafo del texto original, el de Juan José Téllez, leemos:

Ahí están las cuchillas, alertando de lo que les aguarda a quienes pretenden saltar la valla de Melilla. ¿Cómo estará Africa para que quieran venir a la Europa de Merkel, a la España de Wert, a la Grecia de Amanecer Dorado, al Portugal sin claveles ni revolución, a la Francia del ministro Manuel Valls que expulsa familias gitanas por el bien del voto socialista frente a la amenaza electoral del Front Nacional, a la Italia hipócrita que nacionaliza a los inmigrantes muertos y destierra a los supervivientes. Lo peor es que no nos damos cuenta de que esas mismas cuchillas apuntan también hacia todos nosotros."

Sin embargo, en el texto de Sanlúcar Información, el que aparece en la sección habitual de  Vicente Ramírez, observamos, estupefactos, otra extraña amputación:
 
 "Ahí están las cuchillas, alertando de lo que les aguarda a quienes pretenden saltar la valla de Melilla. ¿Cómo estará África para que quieran venir a la Europa de Merkel, a la España de Wert, a la Grecia de Amanecer Dorado,  a la Italia hipócrita que nacionaliza a los inmigrantes muertos y destierra a  los supervivientes. Lo peor es que no nos damos cuenta de que esas mismas cuchillas apuntan también hacia todos nosotros."

Desaparecen, también ahora, las referencias a Portugal, y la Francia de Hollande, dos países que parecen rezumar aire de socialistas.

Quiero creer que esos inexplicables recortes textuales, paranormales, esotéricos, no tienen nada que ver con el hecho de que Vicente Ramírez pertenezca al PSOE, y que, eliminado esas alusiones, hubiese querido evitar, digamos, daños colaterales a su propio partido. 

Acabo de decir que quiero creer, pero resulta harto difícil. Esos navajazos al texto, esas dentelladas a lo ético, parecen evidenciar una labor sumamente cuidadosa, pensada, elaborada, fríamente premeditada.

Y entonces cabe la posibilidad de que, a la execrable acción de apropiarse de un texto ajeno, haya que añadir, la incalificable censura inquisitorial que de ese texto se hace. Es aquí donde ya Vicente Ramírez, concejal de Igualdad, maravillosa palabra, estaría atravesando todos los límites, algo que va más allá de lo que ellos llaman líneas rojas.

Sabemos que los monjes de la Edad Media eran los únicos propietarios de los textos escritos. Y, gracias a esa circunstancia, sólo contaban a los demás aquello que creían oportuno, aquello que de ninguna manera podría poner en tela de juicio su sacrosanta autoridad. Con la invención de la imprenta, la cultura, el conocimiento, se democratizan, el saber comienza a dejar de ser un privilegio exclusivo de la clase dominante. La palabra echa a andar y todos, en principio, pueden acercarse a ella. 

Nada puede ser ultrajado. Nada puede ser censurado. Nos están regresando a la Edad Media: pérdidas de derechos, represión, esclavitud asumida, partición en dos de la sociedad, prostitución de los grandes medios de comunicación... y, además, yo soy el dueño de todos los textos, y hago con ellos lo que a mí me da la gana, ¿se trata de esto? ¿De verdad se nos considera imbéciles? ¿Somos tontos, o qué?

Estoy seguro de que Vicente Ramírez estará de acuerdo conmigo en que vivimos tiempos malvados en los que se hace urgente el rescate de la ética, la apuesta decidida por la honestidad, el no rotundo a la corrupción, esa enfermedad que viniendo de arriba, puede contaminar, sin que apenas nos demos cuenta, las conciencias de los que navegamos por las cotidianas aguas de la realidad más inmediata, del aquí y ahora. 

No ceso de hablar a mis alumnos de la importancia de mantener, en esta hora de la  estafa y de la corrupción sistémicas, el orgullo por la honradez, el esfuerzo en el trabajo propio para compartirlo después, en la necesidad de poder mantener la cabeza bien alta, mientras afirmamos: "No, todos no somos iguales"

En eso sí insistimos, en eso sí creemos.

Por cierto, si lo que se quería era dar a conocer el artículo de Juan José Téllez, ¿por qué se cambia el título?
SD.-Este portal de noticias ha sido contactado por Vicente Ramírez quien nos ha aclarado que ya ha hablado con el escritor y periodista Juan José Tellez. Además, el concejal de igualdad social, Vicente Ramirez, ha declarado que el sábado próximo escribirá una aclaración en el mismo medio local que publicó el polémico artículo.

 
 
 
 
 

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