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Honor a quien honor merece. Y Sanlúcar lo merece, y mucho, aunque los de "palacio" se empeñen en todo lo contrario
Fotos y texto de autoría reconocida por SD
Estas fotografías que adjunto han sido tomadas este pasado fin de semana, segundo ciclo de las carreras de caballos y punto álgido del veraneo sanluqueño. No son fotos buscadas, simplemente tomadas paseando por nuestras calles o playas.
Cuando quien tiene que imponer respeto no lo hace, cuando quien tiene que dar ejemplo no lo da, cuando quien tiene que hacer cumplir las normas no lo hace, aparece el vándalo de turno, el incívico, el maleducado, el guarro,..., y todos esos calificativos que usamos o usan aquellos que de algún modo intentan excusar a quienes no tienen excusa alguna.
La arena se amontona en cualquier parte del Paseo Marítimo, y allí permenece semanas, meses o años. Algún desgraciado aparca su flamante y caro todo terreno en mitad de la playa un domingo de agosto a la una del mediodía, sin que aparezca ninguna autoridad a ponerlo en su sitio. Los restos de hogueras de las pasadas barbacoas de la Caridad, hace ya diez días de ésto, aún decoran con sus negros carbones la arena de la playa; nadie tampoco apareció esa noche a sancionar a los que las encendieron. Un sillón junto a una botella vacía aparece la noche del sábado en el paseo marítimo, en la playa de la Calzada, la de la Q de calidad (?), en clara muestra de mofa y pitorreo hacia quien un día aprobó una ley antibotellón que nunca hizo cumplir.
En cierta ocasión recriminé a un delegado municipal de turismo de Sanlúcar que la ciudad estaba sucia. Su respuesta fue que había otras ciudades más sucias. Un fenómeno el tio.
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