El Concejal  apaleado

Estaba deseando encontrarme y tal como me vio en plena Calzada, se dirigió a mí y me dijo de sopetón: ya no podía aguantar más. No entendiendo a quien se refería, si a su persona o a otra, le demandé que se explicase.

 “Lo han apaleado”.  Después de estar avisando de que el contrato del último de la Oficina terminaba y que había que renovarlo, vio como llegado el momento se quedó sin personal en la Oficina. Después vino  la anécdota del cartelito “Cerrado por falta de personal” a la vista de todos y con la Oficina cerrada en plena época estival.

Pero después de esto, recibió una llamada y una bronca del Alcalde, de esas que no atacan solo al cargo electo sino también a la persona. Todos saben que la cobardía se esconde tras el poder, porque la autoridad hay que ganársela a base de respeto y dignidad.

Yo no sé si por su mente en ese momento se pasó la situación laboral que se iba a encontrar cuando después de las próximas elecciones municipales, se encontrase sin trabajo y después de haber abandonado total o parcialmente su puesto laboral, y en las circunstancias en que nos encontramos, social, económica , etc. Supongo que debió de pensar en los suyos, en su presente y en su futuro, Pero aun quedaba más de seis meses hasta las municipales. Dudas que se vieron definitivamente diluidas cuando la persona al que había acompañado, aquel al que se le atribuya la frase “yo no tengo necesidad de trabajar, con los alquileres…” de una forma torticera, indigna y falta de lealtad y actuando servilmente, le endosó una reprobación sin atender a sus palabras, ni a su supuesta hermandad partidista, dejándolo como responsable, causante y por tanto reo de culpa.

Su dimisión ya no era necesario pensarla más; de darle forma por “razones personales” se encargarían los mismos que lo apalearon verbalmente.

 

No son los ediles de esta corporación, santos de mi devoción, ni incluso los de la oposición, pero estos dos jefecillos, ya tienen una trayectoria que abundan en la falta de respeto a todo y a todos, capaces de cualquier cosa por el sillón, poltrona, o incluso taburete, y en su derredor personas que una vez permitieron que se le tocara su dignidad, para conseguir un mejor retribución, menos trabajo y la autocomplacencia.

 

Hay dos personajes que identifican bien el escenario político municipal de los últimos años: El “ex deportista” y el “ex guardia civil”, monolíticos, permanentes, intocables, con la boca más grande que su cerebro, y una vergüenza perdida hace tiempo.

Pero la decisión centralista, teledirigida y con algo de temor de poder tener responsabilidad de gobierno, de la nueva formación política, nos ha chafado nuestra esperanza y ha agrandado la de estos personajillos, de seguir chupando teta.

 

No me vale la excusa de que no tienen bases suficientes para afrontar las municipales. Su base no son sus afiliados, sino todo el espectro de votantes y simpatizantes, en su derredor. Han de tener en cuenta que la situación de “afiliado” a un partido político ha dejado de ser un deseo, para pasar a ser una “no” prioridad para muchos ciudadanos, en función de los avatares de  los últimos acontecimientos.

No deja de ser un consejo, pero a la parte sanluqueña de esta formación, les diría que apremiasen su derecho de decidir su participación, y contar con los convencidos para ello.

Saludos

Maestro Liendres