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A Dios rogando y con el mazo dando
 
 
 
 
 
 
 
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18 de Agosto de 2008

     Los capillitas también lloran

José Luis Zarazaga Pérez.-El Domingo por la tarde, tomando un café en compañía de dos grandes amigos “Juanma Picón y Manolo Bartel”; con perdón tengo permiso para hacer alusión de sus nombres, surgió inesperadamente un comentario sobre el último de mis artículos cibernéticos. La pregunta fue directa y al grano. ¿A ti que te parece que te aludan como Comecuras?. Perdón no puede más que reírme y pensar que todo lo que ocurre en todo lo referente al mundo capilleril en nuestro pueblo, no es más que  una burda telenovela: “los Capillitas también lloran.”

Las telenovelas son seriales que representan la vida cotidiana de una serie de personajes, que en este caso pululan por nuestro pueblo, ya hemos conocido al Capillita, ser extravagante que se define por cumplir la máxima siguiente “A Dios rogando y con el mazo dando”.

Potencialmente la trama capilleril  carece de un final o de cualquier tipo de cierre, es feliz pavoneándose ante sus conciudadanos frente, podríamos definirlo como la carroza, va con su medalla bien visible al cuello y mira con desdén al resto de los ciudadanos ya que el se siente imbuido por un halo de espiritualidad, abrase visto para algo él se parte el pecho presidiendo el acto.

Dentro de las importantes atribuciones que tienen estos personajes,  es no perder onda de todo acto social, vamos peor que los políticos, si hay que estar inaugurando un azulejo conmemorativo de la Caridad en la Plaza de los Condes de Niebla, se está. El  capillita llora de emoción, ya que es un sufrimiento muy grande, vamos que no le importa tres pimientos que cien metros más al lado esté la sede de Cáritas, para que se va preocupar, si su humildad cristiana no concibe la existencia de los pobres.

En este punto quisiera darles una idea, que seguro que agradecerán; Al pasar por algunas calles veo que nuestro Ayuntamiento ha conseguido patrocinio para los rótulos de las Calles “Calle Cuesta de Belén/ manzanilla la Goya, Avda. San Francisco/Profident, etc”. Hayyyyy lumbreras un bonito azulejo de la Virgen de la Caridad, si  hubiera sido patrocinado por el gremio de aceiteros, os podríais haber  ahorrado  el dinero y se podría haber dedicado  a obra social, que eso si que va con las prédicas cristianas.

Llegados a este punto, la telenovela troca un perfecto cambio,  acabado el melodrama penitencial, la telenovela capilleril busca emociones fuertes y situaciones extremas e inverosímiles. El Capillita, como por arte de magia, rompe su papel y pasa a ser el perfecto exponente del pijismo en nuestro pueblo. Se acaba la proclama moral y comienza la proclama social, lo importante es lucirse y aparentar, es decir estar al frente del cotarro a toda costa.

Es curioso como cambia la trama y cambia el escenario, pero los actores son siempre los mismos. Los vamos a ver al frente de la coronación de la Reina del Guadalquivir, allí lucirán sus mejores galas, “menos mal que Sanlúcar está llena de tiendas de chinos”, les daría una idea: hagan santo al Rubio, ¿que haríamos sin su almacén?.

Nuestros pijitos, por no llamarlos de otra forma, se creen que emparientan con la nobleza, que por el hecho de estar allí su sangre es azul, aunque últimamente dicho acto ha perdido parte de su atractivo para ellos, ya que para ser Reina no hay que ser de la Nobleza Sanluqueña, sino que cualquiera que pueda pagárselo, es reina por un día.

En este punto nuestra telenovela toma un cierto aire de opera bufa. Me parece del todo increíble, y con todo mi respeto, que un Equipo de Gobierno que se considera de izquierdas, siga manteniendo tan rancio espectáculo y tan alejado de la realidad cotidiana de nuestro pueblo. Ciertamente no los voy a criticar, ya que hasta cuando gobernó el partido comunista en nuestra localidad, se seguía manteniendo la parafernalia con el único objetivo de lucir  el  palmito. Increíble pero cierto, presumimos de ser de izquierda, pero al igual que los capillitas solo predicamos valores morales con el pico.

No tengo nada en contra de que alguien pague por lucirse como reina, pero le recordaría que todo es una mera ilusión, o es que acaso no recuerdan ustedes aquel rancio programa del franquismo “Reina por un día”. Pues lo dicho nuevo capítulo de la telenovela.

Evidentemente, nuestra telenovela va cambiando con el paso del tiempo, reflejando tendencias y modas, problemas sociales, pero sobre todo, el rol que cada uno ocupa. Nuestro capillita reconvertido en pijo sanlúqueño, necesita desesperadamente huir de un acto que ya no refleja el elitismo de épocas pasadas, como ya no se puede restringir el acceso y la plebe le molesta, necesita encontrar un lugar más apropiado para vanagloriarse, y se preguntaran ustedes: ¿Dónde lo encuentran?. Pues muy sencillo en el recinto de las Carreras de Caballos.

Nuestros protagonistas se sienten allí como el pez en el agua, no importa que se tenga que llevar todo el año comiendo garbanzos, no se es nadie si no se monta un palco, y más si se consiguió el puesto cuando nadie auguraba el éxito de las carreras.

Nuestro simpático personaje, cree que se rodea de la Jet Set, vamos la nobleza más absoluta, en esos momentos se cree el centro del universo, no recuerda u olvida como uno de los representantes de dicha nobleza, hace ya unos años en la Carroza de Reyes, le gritaba: “Tomad catetos, muertos de hambre, coged caramelos”. Lo importante es aparentar, lo demás sobra, que más da, si el cocodrilo de la camisa no tiene dientes, quien lo va a notar.

Nuestro curioso personaje es capaz de empeñarlo todo, con tal de destacar, lo importante es su momento de gloria, al igual que cuando va frente a la carroza, cuanto más se luce más importante se cree.

Lástima, como decía Calderón “la vida es sueño y los sueños, sueños son”, nuestra telenovela tiende siempre a una línea argumental unidireccional, con una única proclama moral clara: En nuestro pueblo, todo se sabe y no se puede ocultar: “noble se nace y no se hace”.

La cruda realidad llega en el momento en que nuestro pueblo se divide en subgrupos, destinados a luchar por el poder, nuestro personaje, al margen de su astucia maléfica o virtud para aparentar valores morales, acaba sucumbiendo a la cruda realidad. Al acabar los actos corre desesperado a los Centros Comerciales a cambiar la ropa de marca, aludiendo que no le sentaba bien, en estos momentos entra en un período de hibernación esperando el próximo acto de la telenovela.

Moraleja, siempre hay un beneficiado, me comentaban el otro día, que el chiringuito de al lado del parque de las Piletas, había batido el record de venta de patatas fritas con huevos, ya que los falsos pijos, al terminar las carreras sacian su hambre en un lugar donde no puedan ser vistos por miradas indiscretas, y yo que pensaba que en los palcos se disfrutaba de todas las excelencias gastronómicas de nuestro pueblo.

Aclarar que soy un entusiasta de las patatas fritas con huevo, pero claro yo no soy ni capillita ni pijo.

Espero no haber herido ninguna susceptibilidad, nuestra telenovela puede seguir indagando en otros personajes ilustres entre comillas, pero acabaría pareciéndose a la Historia Interminable, le aconsejo esta lectura a nuestros políticos, ya que el final es muy elocuente: “Bastian a media que va creando historias imaginarias va perdiendo la memoria alejándose de la realidad, y esto lo puede llevar a la perdición”. Espero que no caigáis en dicha historia y no manipuléis al pueblo con trolas, ya que el poder al igual que la apariencia al pijo, puede conducir a la pérdida de la noción de la realidad.

 Saludos a todos; Por la Gracia de Dios sigo siendo Ateo y Republicano.

 Nota aclaratoria:  Cerrada la  redacción y habiendo leído los maravillosos elogios del señor Domingo Rodríguez Lagomazzini, tengo que aclararle que no nací en la Casa de Maternidad, que en el año 1963 los pobres de solemnidad nacíamos en nuestra casa.  Por lo demás también me gustaría aclarar que muchas veces se debe de leer entre líneas, todo no se puede tomar al pie de la letra, la ironía  es sana, aunque algunos no hayan aprendido que vivimos en un país libre.

Yo no le he insultado y por favor no debemos de suprimir la feria, o si no donde iba a conseguir usted, supongo que su titulación educativa, que no pongo en duda, sin ánimo de acritud creo que  habrá sido en la Universidad Tómbola de la Chochona.

 

 
 
 
 

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