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A vuelta con la Plaza
 
 
 
 
 
 
 
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28 de Octubre de 2014
"Este desaguisado se lo debemos a una clase política inútil e incapaz, encabezada por la anterior alcaldesa, la que anuncia que se va, pero se queda; al actual alcalde y al lumbreras del Delegado de turno, es decir, al vendedor de crecepelos: Juan Marín. "
El tío la vara.-Hace unos días nuestro inefable alcalde acompañado de su lugarteniente, el encantador de serpientes, Juan Marín, visitaban exultantes las obras del mercado de abastos, que de manera provisional se instalará en el paseo de la Calzada. La visión de los dos políticos y de su séquito me trasladaron a la época del Nodo, cuando el Franco salía inaugurando pantanos o visitando fábricas. La única diferencia que aprecié entre aquel pasado dictatorial y el actual, era que las imágenes de antaño se nos mostraba en blanco y negro y que las de ahora van en un luminoso color, por lo demás más de lo mismo, nada nuevo bajo el sol. El adefesio que nos han instalado en el paseo emblemático de Sanlúcar es más propio de aldeas o poblaciones tercermundista, y es que esa enorme carpa es un esperpento y un ataque al buen gusto y sensibilidad de quien sienta amor a un pueblo con tanta historia y patrimonio artístico y cultural.

La Duquesa de Medina Sidonia, que le da el nombre a nuestra sin par Calzada, se estará revolviendo en su tumba al ver el mamarracho que le han colocado en esa avenida ancha que desemboca frente a la playa y Coto de Doñana. Avergonzada debe sentirte doña Isabel en donde quiera que se encuentre, como avergonzado también está, - él por partida doble- el conquistador del Perú, Francisco Pizarro, por contemplar esa horrenda imagen y por la pérdida de su espada. Horrorizados y avergonzados van a sentirte todos aquellos que la próxima primavera y verano venga a visitarnos, nos calificaran de pueblerinos, retrasados y cutres. Este desaguisado se lo debemos a una clase política inútil e incapaz, encabezada por la anterior alcaldesa, la que anuncia que se va, pero se queda; al actual alcalde y al lumbreras del Delegado de turno, es decir, al vendedor de crecepelos: Juan Marín.

No entiendo como a estas alturas de la película -entiéndase legislatura- este señor aún no ha dimitido. Y es que su gestión para con la plaza de abastos ha sido desde el principio un auténtico despropósito, y esto que digo se puede demostrar empíricamente. El señor Marín sólo ha dado palos al agua en todo este tema, nunca ha tenido las ideas claras, basta con repasar sus actuaciones a lo largo y ancho de todo el proceso que finalmente ha desembocado en la instalación provisional -veremos hasta cuando- de la plaza en la Calzada. Su proyecto antes de las elecciones de 2007 era remodelar la plaza de abastos por fases, sin necesidad de trasladar la misma a ningún lugar; luego reculó y estaba a favor de la demolición total porque consideraba que no había otra solución; más tarde se sube al carro de este nuevo proyecto ante la respuesta de la opinión pública. Todo lo anterior referido a las obras del nuevo mercado en su situación actual, pero lo mismo le ha ocurrido en la búsqueda de un lugar provisional mientras se llevan a cabo las referidas obras. Un cacao absoluto a la hora de decidir donde instalar la plaza, barajando un montón de lugares para, en un principio, hacer un proyecto a través de la Gerencia de Urbanismo y colocarnos el mercado en la calle san Juan y alrededores, una locura de dimensiones galácticas. Algunas de mis fuentes me va a facilitar los planos donde este incompetente quería endorsar los puestos de frutas, verduras, carnes y pescados, vamos para echarse a reír por no llorar de espanto.

Pero en este asunto espinoso que nos ocupa no todo tiene que ver con el lugar elegido para la “carpita”, sino también tengo que comentar como la casta política que nos mal gobierna nos ha mentido en cuanto al supuesto consenso entre todas las formaciones políticas. Nos enteramos por los medios de comunicación que Izquierda Unida no estaba de acuerdo con la instalación de la plaza en la Calzada. De igual modo, el señor Prats salió públicamente diciendo que para él no es el sitio más adecuado y que sólo votó a favor a regañadientes. Luego no ha habido consenso, por que no ha existido unanimidad de todas las fuerzas políticas que están representadas en el Ayuntamiento. Pero lo grave es que tampoco ha existido consenso ni unanimidad entre los propios comerciantes del mercado de abastos, ya que muchos de ellos, los de la Corraleta y los de la Trascuesta, van a continuar allí y no van a desplazarse a la Calzada. Y para más inri estos comerciantes van a organizar actuaciones, concursos y actos publicitarios para que los ciudadanos vayan a comprar a sus tiendas. Incluso hemos oído por la Televisión del equipo de gobierno que van a instalar puestos de carne y pescados en la misma Trascuesta, para así ofrecer todos los productos a los consumidores. Vamos que entre ellos mismos se van a hacer la competencias. Luego, señores políticos ¿dónde está el consenso? Lo cierto es que por tan sólo unos 50 comerciantes el pueblo de Sanlúcar va a padecer durante dos años como mínimo los prejuicios, incomodidades, molestias, ruidos y olores de una plaza de abastos en todo el corazón del turismo y de veraneo, amén de tener que soportar un bodrio cuando llegue la Feria de la Manzanilla o las Bodas de Oro de la coronación canónica de la patrona.

Me queda por comentar un tercer punto sobre este tema es el referido al coste de las obras del nuevo mercado y de la instalación provisional, y quiénes van a llevar a cabo la ejecución. Pero eso lo dejo aparcado para otra ocasión.
 
 
 
 
 

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