"Líbranos, Señor, del curita arrepentido."

Daniel Vargas Palacios.-Dicen los sabios antiguos (que no necesariamente los viejos) que no hay nada peor para despotricar de un colectivo que el que fue fiel practicante o fervoroso seguidor. No sé si de dará el caso en esta ocasión, pero bien parece que los artículos de un tal Sr. Zarazaga (perdón por lo de señor) están destinados a tratar de ridiculizar y vilipendiar la figura de los cristianos de nuestra ciudad como represalia y venganza de alguna afrenta o decepción sufrida tiempo ha.

Todavía no he leído ningún artículo en ningún medio criticando a los ateos-agnósticos, pero si tengo que aguantar que este caballero (perdón por lo de caballero) sacie sus necesidades de autoafirmación anticlericales semana tras semana. Sin duda quedará totalmente exhausto tras esos alardes irónicos, ayudado por la frikipedia y las charlas de casino en las que se solazan esos tres o cuatro personajillos sanluqueños, escudados tras su aureola de progresista librepensador, predicando que la Iglesia debería ser pobre y ellos viviendo en residenciales de mucho luxe. Claro, lo que se llama predicar con el ejemplo …

Ahora le da por decir que los cofrades son unos pijitos hartos de garbanzos, y hay que reírle la gracia sin pensar en a quién puede ofender más con ese tipo de comentarios. Puede que a los que somos de una familia humilde no nos impresionen este tipo de imprecaciones, puesto que demasiadas veces las hemos oído ya en otros círculos; pero lo que quizá no sepa este adalid del progresismo es que la mayoría de los cofrades son trabajadores y artesanos que se ganan la vida dignamente con el sudor de su frente, poniendo ladrillos o destripando terrones.

No se puede negar que también existan cofrades empresarios, abogados, médicos, ingenieros, matemáticos, … pero lógicamente, y debido a la menor cantidad de estas profesiones con respecto a las anteriormente mencionadas, habitan en este espejo de la sociedad que son las hermandades más trabajadores de la escala básica que del grupo de cotización “A”. 

Resulta que el gentilhombre que se las da de comunista quiere diferenciar las clases sociales por su dinero y sus posibles, y mofarse de quienes representan a sus colectivos (hermandades) en los diferentes actos de nuestra localidad. Bien, señor mío, prosiga usted con sus hilarantes crónicas anticlericales, pugnando por hacer la mayor cantidad de daño posible con su emponzoñada pluma, y siga diciendo disparates tales como que “los pobres de solemnidad nacían en sus casas”, cuando maternidad fue creada por los señoritos para aquellos que no podían pagarse una matrona ni tenían medios para los preparativos de parir en casa.

En fin, seguiremos oyendo los vacuos recados de un emisario sin mensaje al que le rechinan los dientes cuando ve una manifestación pública de fe por las calles … y tal parece que también cuando ve a los que estuvimos muchos años sometidos y escondidos al frente de grandes corporaciones, siendo personas respetadas no por su nacimiento o capital, sino por su entrega y trabajo.

Por cierto, que yo sí que nací en maternidad.