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Hechos consumados y desvergüenza
Es práctica común de los políticos en general, preguntar a “sus” asesores si algo que se les ha ocurrido, que le han demandado o simplemente que no saben qué hacer con ello, es legal y en caso negativo, como hacerlo tal o al menos que lo parezca. Cuando todo esto no resulta, tienden a ocultar con una política de hechos consumados, con la esperanza de que el tiempo y la ley, lo dé como prescrito, o que el uso o costumbre le dé carta de naturaleza.
Mi amigo el Lebrato, recién jubilado, como funcionario me refiero, ya que sus neuronas revoltosas siguen en la adolescencia, me envía una fotografía de la desembocadura del Guadalquivir, se supone en nuestra población, en la que no se ve ni el rio ni la desembocadura. La enorme pantalla de edificaciones que se hicieron en su momento, sin criterio ni vergüenza, han hecho que haya que hacer en su caso piruetas corporales para intentar verlo, o por una fotografía o, bendita ilusión, un pensamiento anacrónico.
Volviendo al mirador de mi amigo, se observa como dos o tres montañas de unos 5 o 6 metros de altura y 10 0 12 m de largo o ancho según se vea, ubicada hace ya tiempo para colocar” en el buen sentido” a la clase pudiente aficionada a las carreras de caballo. Parece ser que un día, a alguien, o a muchos se les olvidó de su existencia, y ya se ha convertido en un monumento a la desvergüenza, por parte de los organizadores, los que sean, de Costas, de los que no lo hemos denunciado, etc. 
No obstante no contentos con dicha hazaña, este año, y lo he dejado correr hasta el mes de Noviembre, también se les ha olvidado otras estructuras, adornos, lo que Uds quieran denominar.
Las carpas, para el cuidado del personal, se acomodan sobre una base rectangular de material compactado adecuándose con un cerramiento de un metro de altura de bloques de hormigón. Vamos una construcción en toda regla. Pero no solo esto permanece. A modo de paseo existen dos hileras paralelas de árboles, enterrados, no autóctonos, de crecimiento rápido, de esos que hay, desgraciadamente, en las calles de nuestra ciudad.
Para rematar el circulo acotando ya un terreno perteneciente al Dominio Público Terrestre Marítimo, mirando al horizonte (donde se supone que debe de estar el horizonte) a la izquierda, una serie de cubas y restos de limpieza (¿¿) de las playas.
Junto a ello lindando, una zona acotada por existencia de duna viva, que se rompe, en su extremo por esta barbaridad que hemos descrito. Por supuesto nuestro relato, no obvia los efectos sobre el medio edáfico, ecológico, geomorfico, o como los “…istas” quieran denominar, sino que lo deja en el limbo, por si alguien pasa y….
Como dijo, creo J.C, no ese que piensan, sino Julio Cesar “ Alea jacta est”, y como podría decir uno de estos vividores de las arcas municipales : hemos recuperado para el municipio, un trozo de tierra, ganada al mar, con esfuerzo, tesón y voluntad.
Maestro Liendres
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