"La realidad de listas cerradas lo que induce es el clientelismo, al compadreo, a la mesa camilla,  dentro de los partidos políticos;"

Como si la apertura del aliviadero de aguas mierdosas ( técnicamente no son equiparables a otras definiciones), llegan como un aluvión, la publicación casi al unísono ( como defecar todos a la vez), las listas ( o tontas), de los partidos que quieren ser servidores públicos, a base de patadas, empujones, navajazos , zancadillas, manipulaciones, etc. por ir en los puestos más altos, de las mismas, que puedan asegurarles un sillón que deriva en un sueldo público, que visto lo visto y lo que nos queda por ver, no es miel sobre hojuelas, sino miel sobre jamón. Para ello, ya que hay más traseros que asientos, las distintas facciones políticas ( hombre no me hagan llamarlos partidos políticos), no dudan cada vez con más antelación y conocedores de su escaso potencial para ganar las elecciones del pueblo, en preparar el arrozal por si es necesario sembrar girasol, que es de secano, en vista de una coalición, que pueda hacer acceder, vía amores de toda la vida, o, es más lo que nos une que lo que nos separa, a algunos de la lista a ese salario, dejando cadáveres, anteriormente solo apuñalados, por el camino.

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En nuestro secarral, yo no sé qué piensan, aquellos que van en las listas más allá del puesto diez, dada la poca o nula oportunidad que van a tener de “salir” de una forma u otra. Pero es digno de alabanza, por la mezcla de locura, al quedar retratado y de manipulación, haciéndole ver que el partido los necesitan, al igual o incluso más que aquellos, que saliendo, van a tener que sacrificar su sueldo (real o ficticio), su familia (que ya hace tiempo abandonó) e incluso su dignidad, por tener que coaligarse con alguien contrario a sus ideas.

Bien, posteriormente, al desenlace fatal, se abriría una posibilidad, en caso de gobierno o coalición con el mismo, de los puestos de asesores, que poco tendrán que asesoran, cuando la mayoría se tratan de subalternos, auxiliares, etc. que son más fáciles de ocultar a la opinión pública, que un técnico de reconocida experiencia y conocimiento, que pueda enriquecer en beneficio del municipio, las depauperadas mentes de los gobernantes.

 

Frente a toda esta realidad, en mi época de politiquillo, yo tenía en mente dos conceptos en las elecciones, que estimo (es una opinión de un mortal) es más eficaz que el modelo actual, para las municipales al menos, aunque no exclusivista. Un modelo presidencialista, sin listas, o el modelo de las listas cerradas. De este último y explicando que los partidos políticos españoles concurren a las elecciones con listas cerradas. Las listas abiertas permiten votar a los políticos que se quiera independientemente del lugar de la lista en la que aparecen e incluso votar a candidatos que aparecen en distintas listas o partidos.

 

La realidad de listas cerradas lo que induce es el clientelismo, al compadreo, a la mesa camilla,  dentro de los partidos políticos; esto significa que aunque elijas una lista de "representantes" éstos no se deben a su electorado, se deben a los miembros del partido que les han colocado en dicha lista, y a los que les están forzosamente agradecidos. Hecho este, que los avatares de los últimos años, nos están demostrando, y como pueda llegar de lejos, tanto en la calidad de los mismos, como en el tiempo, y por no decir en los entornos.

Si un partido de lo que se llama derecha, es el que debe agradecer, su entorno, es el del medio donde operan, y donde se reproducen: bancos, entidades financieras, blanqueos, estafas, alzamientos, inmobiliarias...

Si es el de los llamados, izquierdosos, las ayudas, subvenciones,….

 

Finalmente y si alguien ha llegado hasta esta línea, sin dormirse o abandonar, quisiera explicar algo que hace que lo de, un ciudadano un voto, suene a media verdad. Y porqué, por la llamada ley d´Hont, que es una ley matemática, que trasladada a la política seria algo así como:

 Tenemos una serie de partidos políticos, hacemos una votación y queremos repartir un determinado número de escaños del parlamento entre los partidos políticos de manera que cada partido reciba un número de escaños proporcional al número de votos que ha recibido.

Que también podría haberse resuelto, al ser proporcional, por una “regla de tres”.

Tratar de explicar a fondo como funciona internamente la citada ley, seria farragoso y poco aclarador. Una cosa es cómo funciona internamente este sistema de reparto de escaños y otra cosa, muy distinta, es las consecuencias que tiene para en este caso nuestro sistema electoral.

 

Aunque se suele decir que a unos partidos los escaños les salen más baratos que a otros, la realidad es que no es así, aunque matemáticamente y al final el valor escaño/ votos no es el mismo para todo, globalmente. El fallo en la proporcionalidad de la Ley D’Hondt proviene de los votos desaprovechados y de que esto sucede con más frecuencia en las circunscripciones pequeñas haciéndolo desproporcionado y por lo tanto poco representativo del sufragio, porque hay más votos desaprovechados, que los partidos políticos, barren más por su economía doméstica.

 

Y para finalizar unas notas que me recuerdan otros momentos de este garabateador de ideas:

El voto en blanco, tal como otras veces ya he reclamado, ahora y en este momento, siendo un voto, no refleja la intención de protesta del que hace uso de él. Dicen los más entendidos que más bien favorece a los partidos más votados. Pero si quieres tener derecho al menos a la pataleta, por dignidad, no lo olvides el voto es individual y un derecho.

“El elector goza del sagrado privilegio de votar por un candidato que eligieron otros”.        Ambrose Bierce

Por opinar que no quede: Maestro Liendres