Colas del hambre

El tío la vara**-La fotografía publicada en Sanlúcar Digital de la inmensa cola de sanluqueños aguardando pacientemente antes las puertas de las Hermanas de la Cruz refleja a la perfección la realidad que vive nuestra localidad. Dicha instantánea nos retrotrae a tiempos pretéritos, a estampas de momentos trágicos en la historia de España, que están en la mente de todos. Nuestros padres y abuelos vivieron años duros de postguerra, en los cuales escaseaba la comida y en los que el hambre y la miseria asolaban a la población desesperada por llevarse algo a la boca. En plena era tecnológica, en un mundo que se supone desarrollado, en una sociedad avanzada, imágenes como la que podemos contemplar a las puertas del convento es una auténtica vergüenza para los políticos y gobernantes, que siguen viviendo en su particular burbuja como si la cosa no fuera con ellos. No se puede entender de otra manera la actitud de nuestros nuevos Delegados, que sin ningún rubor y sin que se les caiga la cara de sonrojo van a cobrar casi 40.000 euros, traduzcan ustedes a pesetas y se darán cuenta el chollo que es ir en una lista, sin más mérito y capacidad que ostentar el carnet del partido.

Ninguno de los reseñados ha renunciado a trabajar por Sanlúcar por puro altruismo o, al menos, cobrando cantidades mucho más acorde con la grave crisis que estamos atravesando. Nadie se ha puesto en la piel de los miles de sanluqueños que están en paro o de los cientos que tienen que acudir a las distintas organizaciones benéficas. La clase política es insensible ante este drama humano, ella pertenece a una casta privilegiada que vive de puta madre a costa de los sifridos contribuyentes.

La solidaridad es una palabra inexistente en su diccionario y la austeridad ni saben que significa. En una ciudad como la nuestra es una indencencia, una inmoralidad que un Concejal Delegado cobre ese sueldazo, ya que ninguno de ellos sería capaz de ganar ni la cuarta parte en su vida privada, es más, la mayoría estaría en la fila de la Plaza de sor Ángela con su carrito de la compra como muestra la fotografía de SD.

La política se ha convertido para muchos políticos un modus vivendi, por eso se eternizan en los cargos y van saltando de uno a otro, como es el caso de Marín o Irene García. Mientras familias enteras tienen a todos sus miembros en paro y en millares de hogares no entra ni un mísero sueldo, existen matrimonios que, gracias a la política, llevan ya años ingresando dos sueldazos que pasan de los 90.000 euros, 15 millones de las antiguas pesetas y sin padecer ningún tipo de remordimiento de conciencia. La fotografía de las colas del hambre es una imagen a todo color, si la misma fuera en blanco y negro nadie sabría si estamos hablando del año 2015 o, por el contrario, está realizada en plena España de la postguerra.

En la Sanlúcar de la marca del langostino, de la conmemoración del V Centenario de la Primera Vuelta al Mundo, de las famosas Carreras de Caballos y de la Manzanilla, las colas del hambre retrata la verdadera imagen de los sanluqueños, que viven cada día en la desesperación ante la pasividad de un Equipo de Gobierno que lo primero que ha hecho es aprobar sus suculentos sueldos. Y es que aquí lo que importa es la pasta, que “ta la cosita mu mala” y para eso he venido yo a la política para no tener que verme nunca siendo uno más en esa cosa tan desagradable que son las colas del hambre.

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