 Uno de cada dos sanluqueños en edad de trabajar se encuentra en paro
Fernando Cabral.-Según el estudio que este martes publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE), basado en indicadores en las 109 ciudades españolas de mayor población, Sanlúcar de Barrameda es la ciudad de mayor tasa de desempleo, con un 49,6% sobre la población activa. Esto es, uno de cada dos sanluqueños en edad de trabajar se encuentra en paro. Este dato, de por si alarmante, debería ser objeto de una reflexión por parte de los responsables del gobierno local, sobre todo si llevan gobernando la ciudad 8 años. Sin embargo, el alcalde, Víctor Mora, atrincherado en su despacho, que solo abandona para hacerse fotos, hace mutis por el foro como si la cosa no fuera con él. Para cualquier gobernante responsable y serio, estos datos servirían para cuestionar o revisar sus políticas en general, sobre todo en materia de fomento de empleo y, por supuesto, las políticas de atención a las familias en riesgo de exclusión social, debido a la falta de empleo, abocadas a una economía de subsistencia. Sin embargo, Mora y su equipo de gobierno, muestran una indolencia insultante al respecto.
La ultima encuesta de Población Activa (EPA) reflejaba que cerca del 70% de los parados de la ciudad llevan desempleados más de un año, por lo que ya han agotado las prestaciones, subsistiendo con 400 euros. Esto justifica que se formen largas colas de personas desesperadas en la beneficencia, para procurarse los productos básicos de subsistencia, ya que los servicios sociales municipales se ven desbordados para atenderles. También justifica la proliferación de Corralas, esto es, familias que ante la desatención de las administraciones públicas y la imposibilidad de acceder a una vivienda social,debido a que en 8 años no se ha construido ninguna, deciden hacer valer su derecho constitucional a una vivienda digna ocupando una vacía de propiedad de los bancos para dar cobijo a sus hijos o mayores desamparados.
Por otra parte, los datos que mensualmente ofrece el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) nos dicen, que prácticamente la totalidad del poco empleo que se crea en la ciudad, lo es en precario y por horas, por lo que, los que consiguen trabajar siguen teniendo problemas para pagar su alquiler o hipoteca, los suministros de agua y luz, así como acceder a los productos básicos, teniendo que recurrir igualmente a la beneficencia, ya que los servicios sociales municipales ya ni le escuchan porque están trabajando.
La indolencia, desidia y desinterés por esta grave situación social mostrada como respuesta por parte del Alcalde, Víctor Mora, y su equipo de gobierno se puede concretar en una serie de datos, que todavía muestran más si cabe su insensibilidad. Sanlúcar es una de las ciudades de Andalucía con mayores impuestos y tasas municipales. Todos los impuestos municipales se encuentran en su máximo legal, salvo el impuesto sobre actividades económicas (IAE) que solo pagan las grandes empresas operantes en la ciudad (Bancos, Aqualia, Supermercados, Las Dunas, etc), dándose la paradoja que cualquier comerciante de la ciudad comparativamente paga más impuestos municipales que estas grandes empresas. El IBI, subirá este año alrededor de un 10% para la mayoría de los sanluqueños, salvo para los vecinos de la Colonia Monte Algaida que verán como el recibo vendrá con una subida del doble o del triple con respecto al 2014. A la vez, decide reducir las plantillas de las empresas municipales a la mitad, dejando a cientos de familias sin el único sustento, y deteriorando lo indecible el servicio que prestan, como es el caso de la limpieza viaria, cuya deficiencia estructural se esta paliando mediante los distintos planes de empleo de la Junta de Andalucía.
Ya vimos con estupor, como Víctor Mora tras ser nombrado como alcalde en la anterior legislatura, su primera decisión fue subirse el sueldo de 40.000 a 50.000 euros, mientras decía que se había bajado el sueldo en 10.000 euros, mintiendo descaradamente, mostrando una falta de solidaridad y empatía con los cientos de sanluqueños y sanluqueñas que nada tienen que darle diariamente a sus hijos.
En esta nueva legislatura, una vez conseguido su nombramiento y asegurado su generoso sueldo, como alcalde, y el de su mujer, la delegada municipal de hacienda, Inmaculada Muñoz (entre ambos ingresan gracias a la política alrededor de 90.000 euros anuales, algo más de 15 millones de las antiguas pesetas) los verdaderos problemas de la ciudad han pasado a un segundo plano y de este modo el desempleo, la pobreza, la falta de vivienda, las desproporcionadas sanciones y embargos por las viviendas irregulares, la suciedad en la ciudad, el desorden, etc. serán problemas de los vecinos y no suyo como primer edil del consistorio.
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