 ¿Quiénes serán los supervivientes?
El Mirabreño anda últimamente algo perezoso a la hora de escribir, resultado: los temas se le acumulan en su mente y hasta pasan de actualidad. Sin embargo, en esta noche de San Fermín, bajo este insoportable calor que me tiene hasta los cojones, hago un esfuerzo y me siento delante de la pantalla blanca del ordenador, joder anda que no tiene guasa ni “na” enfrentarse con una una página inmaculada y no saber como empezar un escrito, para hacer un vaticinio muy personal de lo que va a ocurrir en estos próximos cuatro años, en referencia a los integrantes de la nueva corporación de nuestro Ayuntamiento. Algo parecido a lo que sería el programa de “supervivientes” en Honduras, pero sin islas preciosas, ni palmeras, ni agua, ni nada de nada.
El tema gira en torno a quiénes aguantarán, o no, toda una legislarura en el Salón de Pleno de nuestro Ayuntamiento. Como tengo demasiados temas e ideas amontonadas en la mente y me cuesta Dios y ayuda ordenarlos, para no convertir esto en un gazpacho o un galimatías sin pie ni cabeza, voy a hacer un esfuerzo de síntesis. Para ello, lo mejor que hago es comentar, lo que a mi modesto parecer, va a ocurrir con los principales actores, los recientementes elegidos responsables políticos municipales.
Antonio Prats...sí ya sé, no me he vuelto majareta ni el calor me ha afectado las neuronas, ya sé que no fue elegido concejal, pero merece un comentario. Bien sabe Pepe Fernández, que antes de la celebración de las elecciones habíamos comentado que lo más seguro es que, después de 20 años, este fósil de la política, se iba a quedar fuera de la corporación. Demasiados años ha vivido del cuento del andalucismo alguien que nunca se ha sentido andalucista y al que sólo le importaba trincar su acta de concejal para medrar y cobrar de la política. Y si no ¿cómo se comprende que en la última legislatura un concejal de la oposición, que no tiene responsabilidad de gobierno, ostentara una media dedicación cobrando más de 20.000 euros al año, por dedicar, supuestamente, 15 horas a la semana a la gestión del Ayuntamiento de la ciudad. Las causas de la desaparición de Antonio Prats del panorama político sanluqueño daría para al menos tres o cuatro artículos, lo mismo algún día me animo a escribirlos.
Rafael Terán.. sí, sé que no tomó ni posición de su acta y a Pepe Fernández pongo por testigo y a algún que otro amigo, que una vez conocido los resultados del 24 de mayo, presentía que no iba a durar mucho, lo que no me esperaba es que fuera tan inminente su renuncia. Sus declaraciones y su semblante la noche de las elecciones denotaban su frustracción. Cinco años trabajando duramente, cinco años denunciando presuntas corrupciones de empresas privadas y del propio Ayuntamiento; cinco años al pie del cañón batiéndose el cobre sin necesidad, pues tiene su vida resuelta y no tiene que depender para nada de la política, para que el pueblo sanluqueño le pague con unos 300 votos más y con un sólo concejal con relación a la anterior legislatura. El bueno de Rafael Terán en su fuero interno pensaría lo que ya apuntó por aquí nuestro articulista de cabecera, el señor Zarazaga que, parasafreando a Fernando Fernán Gómez, nos recordó aquella célebre frase pronunciada por el gran actor: “a la mierda, iros todos a la mierda”, referida a todos los sanluqueños, con perdón, porque después de todo lo que he luchado por vosotros, habéis vuelto a votar al PSOE de los cojones.
Ana Mestre "La gran esperanza blanca" como la definió un sanluqueño inquieto, aterrizó en la política de Sanlúcar por mandato digital, quiero decir a dedo por la cúpula del PP, que defenestró a Agustín Hernández y al elegido Secretario Local Miguel Ángel Lara e impuso a la Mestre como apagafuego y gran alternativa al PSOE. La candidata oficial, y rebotada de los ayuntamientos de Jerez o Cádiz, obediente y sumisa, se puso manos a la obra para ser alcaldesa de un pueblo que, cada vez que podía, le recordaba que su partida de nacimiento dejaba clarito que no había nacido en Sanlúcar. Un lastre que junto a los famosos zumos del Banco de Alimentos, le iban a perseguir durante toda la campaña y que ha causado mella en su persona, y si no a que venía ese alegato del día de constitución de la nueva corporación reivindicando la “nacionalidad” sanluqueña de sus antepasados y de sus descendientes. Mestre después de una campaña dura, esforzada, omnipresente, sólo consiguió seis concejales, y por los pelos, pues se pudo quedar en cinco.
Es para tirar la toalla, pero claro Mestre no es Terán, ella vive de la política y lo demostró cuando Susana Díaz convocó elecciones autonómicas, adelantándose a las municipales. Esta maniobra dejó con el culo al aire a Mestre que, consciente de que fracasaría en su intento de acceder a la alcaldía, se aseguró su cargo y sueldo como Diputada en la Junta de Andalucía. Con estas muestras de interés personal y monetario, cómo quieren que el pueblo crea en sus políticos. “EL Mirabreño” incluso piensa que aún siendo Diputada en la Junta de Andalucía y teniendo su sueldecito garantizado, la Mestre no termina la legislatura y, en caso de que la acabe, no tendrá la misma intensidad ni las ganas que ha demostrada en la campaña electoral. En dos palabras, se dejará llevar al pairo de los acontecimientos y verá pasar el tiempo, aletargada cual oso polar esperando optar a otra bicoca que ya le ofrecerá desde las altas esferas del PP. El marrón se lo endosará a su lugarteniente o gregaria, la que fuera encargada de su campaña electoral, porque de los letrados Marmolejo y Zambrano, no podemos esperar nada, sólo que pululen como almas en pena por el salón de Pleno. Esta primera entrega se está alargando, así que en futuras entregas trataré los casos de: Irene García, Marmolejo, Marín, Carlos Zambrano, Oliveros (más conocido por el kichi sanluqueño), Elena Sumariva…
El Mirabreño
|
