La hipocresía sexual

José Antonio Córdoba.-Estos días estamos siendo testigos de como se esta realizando una campaña de acoso y derribo hacia la persona de Antonio Jesús, párroco de la Iglesia de San Nicolás de Bary, en Sanlúcar de Barrameda.

Sinceramente como Cristiano y Templario, me jode la actitud de algunas o muchas personas de esta villa que han puesto el grito en el cielo por el video donde el sacerdote canta una canción tan legítima como cualquier otra, y que en nada atenta contra los valores eclesiásticos o morales. Más me preocupa que el colectivo de Gays y Lesbianas en algunas de sus publicaciones, por cierto de acceso restringido (tocate el forro de los pantalones la libertad de expresión), tacha de homófobo al citado religioso, como así reza el título de su artículo. Todo por negarse o acogerse al derecho de no declarar al entender que se trataba de una confesión.

Queda patente, a mi entender, la mala fe del profesor gay al grabar todo aquello que le interesa para su propio beneficio personal, como así está dando muestras. Muestras que por otro lado “vende”, como la VERDAD ABSOLUTA Y VERDADERA.

Con respecto del uso que se está dando de las imágenes del vídeo, y esa supuesta mala influencia para los niños. Me gustaría que “estos santos devotos del orgullo gay”, me expliquen que imagen ofrecen a niños y niñas en sus diversas manifestaciones defendiendo unos derechos con los que podremos o no comulgar, eso queda a criterio de cada cual. Me expliquen si debemos de dejar que un cura siga recluido en su iglesia, sin relacionarse con su barrio, en inmaculada castidad visual, mientras los miembros del orgullo gay de esta sociedad ofrecen ese espectáculo “bochornoso” de imágenes que si hieren la sensibilidad de los menores.

Quede claro, mis mas sinceros respetos a las personas de condición sexual diferente a la mía, por la misma razón pido a estas personas, que se apliquen a ser tan tolerantes como dicen ser, pues de tanto intentar, se están quedando solo en eso, están pecando tanto o más que los otros.

 

En otro orden de cosas, la ignorancia de estos grandes intelectuales que parecen aflorar en este movimiento, queda patente a la hora de enjuiciar al vecino, mientras pasan de mirarse su propio ombligo. Un sacerdote, es una persona como otra cualquiera, con una devoción, y obligaciones, las mismas que le llevan a tratar de ayudar al barrio que administran religiosamente, donde deben de tratar, con personas marginadas, drogodependientes, y demás, incluidos los gays o lesbianas, o los que van a pedir ayuda y terminan grabando la conversación a escondidas.

 

Me pregunto, porque este “señor”, al igual que ahora a firmado o apoyado ese comunicado de prensa, no solicitó que se hiciera lo mismo con el párroco de la O. ¡A claro!, el de la O, no estuvo presente en su juicio. Esto me huele, a lo que a muchas personas. A una venganza pura y dura, sirviéndose de ese colectivo al que representa, pertenece o lo que sea que hace.

Creo que lejos de quitar hierro a la situación difícil que dice haber vivido con su despido, esta a la que salta, para saltar al cuello del que menos se lo espera.

 

Como persona, le tenía cierto respeto,pero en la mañana de hoy ha quedado claro, que en nada sus intenciones son tan limpias como nos quiere hacer creer, bueno, el que intente creerle.

Si con mis declaraciones al respecto del párroco, decía que tiene una serie de obligaciones por su cargo, creo que este docente, debería también de hacer un ejercicio de reflexión y ver la imagen que está ofreciendo, como docente y persona. Pues a mi parecer, lejos de defender unos derechos y unos privilegios, hacia su colectivo, quizás se esté creando un efecto totalmente contrario.

 

No puedo dejar de mencionar, que quienes están haciendo un uso tan visceral del vidéo, de buen seguro que serán usuarios de CÁRITAS, en esa u otra parroquia. Que para eso la Iglesia si es buena y santa, mientras me den la bolsita, me paguen el recibo de luz o agua, etc. A estos individuos, tan cultos, tan inmaculados, adalid de causas “...”, piensen por un momento cuantas familias comen o sobreviven gracias a la labor de Cáritas, o de la labor humanitaria de párrocos como el caso de Antonio Jesús.

 

Desde esta humilde columna, mi MÁS SINCERO APOYO A LA LABOR DE ANTONIO JESÚS,como párroco y como persona. Mi hija ha estado en sus catequesis y si tuviese un hijo/a que fuera hacer la catequesis, tenga por seguro, que volvería a pasar por esa iglesia, por esa comunidad catequista con su párroco al frente.

Y como siempre digo; “La Gloria no es para nosotros, Señor, sino para tu nombre...”