En esta purulenta España con gobiernos que ejercen como  evaginación de otros poderes no refrendados por el pueblo e incapaz de proteger a sus hijos más desfavorecidos, la pira de ejemplares de la Constitucion frente a instituciones o vías públicas  debería ser lo normal, no lo anecdótico.

Los papeles de Panamá están poniendo al descubierto la hipocresía de los que gobiernan el destino de medio mundo incluida la España de Rajoy.

Pepe Fernández.-Mientras que la ciudadanía sufre el peor embate de miseria jamás conocido por los que ya estamos cansados de ver pasar con velocidad cósmica los días de nuestros cumpleaños, otros se jactan de su patriotismo en el cumplimiento de sus obligaciones fiscales con parvularias y patibularias declaraciones. Se va el ministro sin comparecer en el Congreso y sin dar explicaciones a los españoles.

Los criminales recortes en sanidad, educación, dependencia, el desangrado en vivo y en directo de la clase media, la desprotección social y laboral sufridas, las más significativas por su incidencia en el bienestar común, parece que no son suficientes para la paciencia de todos los españoles que pasan sus peores horas.

Los principales partidos que, hasta ahora, conformaban el bipartidismo, han salido a la palestra mediática para defender la Constitución por la afrenta de la periodista Empar Moliner al quemar este lunes en directo en TV3 una Constitución para criticar una decisión del TC.

Estos mismos partidos, PP y PSOE metieron “fuego” a la Carta Magna sin referéndum alguno, el día  2 de septiembre de 2011, para cambiar el artículo 135 por el que se garantizaba la estabilidad presupuestaria y que la deuda pública tuviese prioridad ante los gastos del estado, o lo que es lo mismo garantizar a la banca y a los mercados el pago de sus intereses.

 

Esos mismos partidos incineran la Constitución cada una de las miles de veces que una familia es expulsada o desalojada a la fuerza de su casa por impago a la banca y además sigue siendo deudora de la impagada hipoteca.

 

Son esos mismos partidos, unos antes otros ahora, sin sonrojo, los que permiten más del 30% de pobreza infantil que sitúan a España como segundo país con más pobreza infantil de Europa y solo superados por Rumania. Ellos queman  la Constitución.

 

Son estos dos PP y PSOE, principalmente, los que acaparan los mayores casos de corrupción en nuestro país. Ellos hacen arder  la Constitución.

 

Es la familia real y la casa real los que con su falta de empatía con el sufrimiento del pueblo se van de caza a matar elefantes  y presuntamente se apodera de dinero público con la necesaria colaboración de esos mismos políticos, o crean empresas en paraísos fiscales durante 40 años. Ellos incendian la Constitución.  

 

Son responsables políticos como el señor Soria los que para proteger a las eléctricas imponen un impuesto al sol, una tasa de peaje a las renovables, los que esconden su dinero en paraísos fiscales mintiendo a todos los españoles y ofendiendo a nuestra inteligencia. Son ellos los que achicharran  nuestra Constitución.

 

Son ellos y solo ellos los que permiten que más de cien mil jóvenes, muy bien y bien preparados,  hayan abandonado sus hogares mientras que políticos corruptos siguen viviendo a cuerpo de rey  a la espera de sentencias interminables que a la postre se diluirán en el agua como un azucarillo.Ellos sí combustionan con nafta la Constitución española.

 

No tienen aval político ni ético para atribuir a nadie un delito o conducta anti española por el mero hecho de venir de Cataluña el supuesto ultraje a la Carta Magna.Todos votamos la Constitución, en Cataluña también, pero ya no existen razones de peso para que ésta pueda representar los valores y derechos a los que sus principales y anquilosados defensores pisotean todos los días cuando desde altas instituciones se declara que esta Constitución es solo una declaración de intenciones, por lo que la garantía y el derecho a un trabajo o vivienda digna son mera propaganda como el eslogan “Hacienda somos todos”.

 

Por esto y por múltiples más razones, yo también meto fuego a mi ejemplar de la Constitución en solidaridad con  los desfavorecidos catalanes, andaluces, valencianos, gallegos, asturianos,….  para calentarlos en las frías noches de sus miserables vidas a la que les han arrastrado los que ahora ven discriminación positiva en una ley que intentaba protegerlos de los que siempre ganan con la miseria, pues sus intereses siguen poniéndose por encima de los españoles gracias a las puertas giratorias, catapulta al futuro bien remunerado y privilegiado de los que legislan, sin reparos de que dirán de ellos la Historia, y a los que la Constitución les importa un carajo.