Hoy lo he intentado. Lo he intentado y he fracasado. No me duelen prendas confesarlo. Ahora comprendo lo difícil que es ser político.Jota Siroco.-Al principio todo iba bien, los pantalones entraron como la seda, parecía que efectivamente habían sido diseñados para vestírselos por los pies. Pensándolo bien hubiera sido un contradiós intentar metérmelos por la cabeza, pero ese no era el caso. El caso era vestirse por los pies y en eso andaba.
Todo empezó a complicarse con la camisa, ¡con la jodida camisa!, que no entraba de ninguna de las maneras. Abotonada, como si fuera un tubo, nada, no entraba. Desabotonada, tal que alas de mariposa, tampoco. Rompiéndola disimuladamente, ni por esas. En fin que desistí, “Iré sin camisa y que me pongan la multa correspondiente”-me dije. Lo de la boina fue peor. ¡No se ría y pruebe usted a colocarse una boina por los pies, tío listo.! Después de mucho darle vueltas, creo que Rajoy quería decir algo más con eso de vestirse por los pies, a lo mejor es que Angela Mérkel, Fernández de la Vega e Irene García se visten por la cabeza, no lo sé, no puedo asegurarlo, eso es algo que nos deben confesar ellas; a lo mejor es que Rajoy quería decir aquello de que él es muy macho, y que la política es más cosa del huevo que del fuero; o a lo mejor, quien sabe, la cosa es más simple y sólo se trata de que D. Marianico, el largo, tiene el cerebro en los pies y hablaba de sus resudados calcetines ideológicos. Lo cierto es que yo fallé en mi intento y hoy públicamente quiero confesar aquí mi fracaso
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