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Fuente de la Banda de la Playa
 
 
 
 
 
 
 
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11 de Noviembre de 2008

Imagen activaEn su esquina de la Banda de la Playa yace abandonada.Yo quisiera pedir desde este atril que me brinda Sanlúcar Digital, rogar a nuestro nuevo Equipo de Gobierno, que tenga a bien considerar el lugar que debe de ocupar tan bonito rincón en la historia de nuestro pueblo y que no la dejen perecer en el olvido.

 José Luis Zarazaga.-Ciertamente hay que reconocer que nuestra Sanlúcar es prolija tanto en anécdotas como en rincones curiosos. El pasado sábado día 8, me encontraba tomando un café en la Bodeguita de Pepe y se les ocurrió nada más y nada menos que poner Telesanlucar, en esos momentos se emitía el recopilatorio de las noticias semanales, cierto que yo no prestaba mucha atención, pero la intervención de un portavoz de la oposición política de nuestro Equipo de Gobierno, atrajo mi curiosidad, no se si fue  por los aromas del café o vayamos a saber si me estaba acordando del último Telediario de la Primera, que había hablado sobre Lynda Blair, que dicho personaje se me vino a la imaginación como la niña del Exorcista teniendo como fondo la fuente de la Banda de la Playa y gritando con voz de ultratumba: “mira lo que ha hecho tu Alcaldesa”.

 Bromas aparte, espero que el señor Amate sepa perdonarme por semejante chacota  y le agradezco sobremanera que se haya preocupado por un rincón tan olvidado de nuestro pueblo. Ese mismo sábado me prometí invertir el gastar algo de mi tiempo en una visita a nuestra olvidada fuente;  pero ya se sabe que  las promesas que uno se hace son como las que nos hacen los políticos en época de elecciones, nunca se cumplen.

    Ayer Domingo caigo en la cuenta de que se cumple el aniversario de la Noche de los Cristales Rotos, fecha para no olvidar por el desastre que supuso, y pienso: “mas vale tarde que nunca, voy a ver la tan arrinconada fuente”. Al llegar allí ciertamente su estado solo admite un calificativo “desolador”. Allí seguía muda y tapada por un montón de materiales pertenecientes a una cercana obra.

    Es curioso, como llegado a este punto, salta una de las anécdotas que me dan que pensar sobre el destino de tan olvidado rincón. Recibo en el móvil un mensaje de mi gran amigo Miguel Ángel con el siguiente texto: “Solitario, triste y mudo hallase este cementerio, sus habitantes no lloran, qué felices son los muertos”. Hay que reconocer que siempre es agradable recibir un soplo de agradable literatura y más cuanto se tiene presente la figura solitaria, triste y muda de la fuente que me acompañaba en mis pensamientos.

    Este humilde comentarista, tuvo por suerte o por desgracia; según se mire, el haber nacido a la espalda de dicha fuente y fuimos vecinos durante 21 años, pasando después por mi parte a la mayor de las indiferencias.

    Muy pocos recuerdos me quedan de sus glorias pasadas, solamente quedó grabada en la mente de un niño, hace ya cuarenta años la figura de un hombre que amarraba su burro para que este bebiera del agua que allí brotaba. El recuerdo pudo venir motivado por tan simpático Platero, o por las alforjas cargadas de almendras que este portaba.

    Observándola absorto y en silencio, viéndola como el arpa abandona el un rincón cubierta de polvo y esperando oírlas notas musicales del correr del agua, solo se me ocurrió hacerle una pregunta: ¿Por qué yaces ahí olvidada?, quizás esperaba una respuesta pero solo obtuve su pétrea mirada.

    Si la fuente hablara cuantas cosas de nuestra historia podría contarnos. Quizás nos hablaría de su dolor al ver caer la República y como se celebraba la venganza, quizás sus aguas fueran amargas lágrimas, al ver pasar a aquellos que llevados a las tapias del cementerio nunca volverían para consolarla. Le preguntaría:¿Cuántas veces has visto pasar Máscaras, Carnavales y Semanas Santas?; ¿Qué sentías cuando viste llegar la Democracia?.

     Llegados a este  punto, ya hemos comentado como  la evocación del episodio del burro, es el único recuerdo que tengo de haberla visto funcionando, asimismo recuerdo como mucho tiempo después desaparecieron los cuatro surtidores y la fuente pasó a ser lugar de depósito de basuras, micciones furtivas y vomitonas festivas. Así se mantuvo durante muchos años, pasando por su lado  al ir a jugar al Cerro Falón o al asomarnos para ver la cartelera de los cines; nunca le prestamos la debida atención y la dejamos dormitar en el más triste de las ignorancias..

   Me parece recordar que fue en el año 1987 si la memoria no me engaña, gobernando en Sanlúcar el partido Comunista, como hubo un intento de volver a ponerla en marcha. Se instalaron varios surtidores y se le adosaron cuatro escudos troquelados en plomo.        Dicha barbarie que aún perdura no hizo más que desgarrar y estropear la estructura original, de todas formas la fuente siguió sin ponerse en funcionamiento. Desde entonces le  han ido sucediendo diversos avatares: perdió todo el frente bodeguero, acabando así con una de sus mayores señas de identidad, recibió un intento de restauración por parte de un grupo ecologista local, que como todo lo que se hace quedó en un simple lavado de cara y un cartel que pedía su conservación para el disfrute de nuestro pueblo.

   Triste destino el de este bonito rincón, que durante estos últimos veinte años solo ha servido de aparcamiento y lugar donde colocar un par de contenedores.

    Yo quisiera pedir desde este atril que me brinda Sanlúcar Digital, rogar a nuestro nuevo Equipo de Gobierno, que tenga a bien considerar el lugar que debe de ocupar tan bonito rincón en la historia de nuestro pueblo y que no la dejen perecer en el olvido. Considero que no tiene que ser muy complicado crear una pequeña plaza pública, restaurarla y darle la importancia que se merece..

   Se ha hablado mucho de la memoria histórica, ¿que mejor lugar que el entorno de dicha fuente para colocar un azulejo conmemorativo que sirva de recuerdo de aquellos que fueron igualmente olvidados?. Es sólo una idea, pero piensen ustedes que el agua como símbolo de la vida, en su correr y en sus notas cantarinas representan un tributo a la libertad.

    Espero que Bécquer no tenga razón y que no sean felices los muertos.

     In memoriam.

 

                                

 
 
 
 

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