Los "mandaos" de hoy

José Villegas Rosa.-Sanlúcar adolece de muchas cosas, pero no parece importar; recuerdo no hace muchos años, cuando solo existían pequeños comercios y nuestras madres nos mandaba a hacer la compra “anca er Boja”, “anca Antoñito”, o al bar de enfrente por un refresquito, eran otros tiempos, pero tan lejano al de ahora donde casi sin querer, nos acostumbramos a realizar nuestras compras en grandes supermercados escogiendo con buen gusto.            

Las compras hoy día, difieren en mucho a las de hace tan solo quince años, y no hay más que ver la variedad de productos; antes, los yogures eran danones, el aceite minerva, el refresco cocacola, la leche del lechero, y el pan del panadero. Hoy, la variedad es extensa, y podemos elegir entre miles de productos, la única diferencia son los precios, que con los tiempos que corren, más vale mirar, para no llevarnos ningún sobresalto en la cartera.

Antes, no era frecuente que la compra la realizara un hombre, un hecho que en la actualidad se repite, sin sugerir ningún comentario jocoso, y ni que decir tiene, que ya nadie se asombra de ver en las cajas a varones, quedando relegada la exclusividad en esos menesteres de las mujeres.  

Ciertamente, aún están arraigados, muchos establecimientos en todos los barrios de nuestra ciudad, que bien como ultramarinos, o quioscos, ofrecen sobre todo cercanía y confianza, tan necesarios, para nuestra compra diaria, y aún sin estar dotados de aparcamientos, y servicios espléndidos, si que nos ofrecen lo mejor para la economía doméstica.             

El sanluqueño, es mucho de decir, -hoy, nos toca hacer los mandaos-, y por ello siempre dispuestos y prestos a embarcarnos en esa aventura, que en la actualidad es realizar la compra de casa, ya que los precios no son precisamente los más bajos ni nuestras carteras van tan llenas…  

            Por ello, el carro de nuestra compra ofrece una imagen muy diferente a la de antaño, pero coinciden en un aspecto muy importante, el económico, y este trampolín hay que saltarlo con mucho estilo, sino queremos dar un pisicinazo.