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18 de Noviembre de 2008

Imagen activaArboricidio: “Cruel y triste destino que le espera a todo árbol que crece en Sanlúcar de Barrameda”. 

 

José Luís Zarazaga Pérez.-Este humilde comentarista siempre ha tenido al vocabulario de nuestro pueblo como parte integrante de un lenguaje  dotado de gran originalidad y riqueza. Tomándome la libertad de definir a nuestra forma de hablar como propia de lo que se conoce como lenguaje típicamente sanluqueño, podemos mencionar una ingente cantidad de localismos, por ejemplo: “pitijopo, pandorga, bicholuz, pelua,  etc. Aunque muchas veces se nos tilde de brutos en la forma de hablar, nada más lejos de la realidad, ya que esto denota una gran riqueza dialéctica.

En estos días, gracias a los ecologistas y a este medio digital, asistimos al nacimiento de una nueva palabra que viene a enriquecer nuestro ya amplio y curtido vocabulario, se trata nada más y nada menos que de: “Arboricidio”.

 

Atendiendo a mis cortos conocimientos en la materia, no he tenido más remedio que consultar el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, encontrándome con que dicho vocablo no está recogido en nuestro ordenamiento  lingüístico. No contento y ante el temor de incurrir en un más que indudable error gramatical, recurrí a mi gran amigo Miguel Ángel, al cual considero una persona muy versada en dichos temas, para que corroborara mis investigaciones sobre la materia. Ciertamente, me confirmó sin ningún género de dudas,  que se trataba de un neologismo y que por tanto habría que considerar dicha palabra,  como un nuevo término lingüístico, que podría personificarse como el asesinato de un árbol.

 

    Aclarada la significación de dicha expresión  y esperando que sea reconocida por la RAE, con el susodicho encabezamiento de este artículo: “Cruel y triste destino que le espera a todo árbol que crece en Sanlúcar de Barrameda”; prometo  no perder la mesura que me caracteriza e intentaré no  hacer leña del árbol caído, nunca mejor dicho.

 

    Es del todo increíble, el poco respeto que se tiene en nuestro pueblo, hacia unos seres vivos tan importantes para mantener nuestra calidad de  vida, como son los árboles. Se les tala sin ningún miramiento, caso concreto la denuncia presentada por Ecologistas en Acción sobre los Brachychitun Populneus de la Calle Torrente; se les mutila de forma bestial buscando su muerte, como se ha hecho con las  Jacarandas situadas en el V Centenario a la altura del Banco Santander Central Hispano; se les mata con la sal como el Naranjo que adorna la delantera de la Biblioteca o simplemente se ciegan los alcorques, como ocurre en el lateral del Bar La Jaula, para que no molesten y se puedan poner mayor cantidad de mesas. Son solamente ejemplos, añadamos los Paraísos que aparecen secos en la antigua Avenida de la Vía Férrea; “esto último huele a gasoil”.

 

    Es del todo penoso comprobar como cada vez que se hace una obra, en este caso necesaria, como es  la del acerado de la Calle Torrente, los árboles tengan que pagar los errores cometidos por técnicos de tres al cuarto, que no se molestaron en pensar que al final acabarían levantando el pavimento con sus raíces.

 

Me imagino que la persona que ha dado con la causa posible del levantamiento del acerado, ha estudiado en la Universidad de Tócame Roque; estando  versada indefectiblemente en el noble arte de las ciencias,  ha pensado que la mejor solución no era buscar asesoramiento, sino mandar directamente los árboles a la hoguera.

 

Personalmente considero que nuestro Ayuntamiento tiene una Delegación de Medio Ambiente muy bien preparada y documentada en dicha materia, otra cosa es que no lleguen a enterarse de nada porque cada cual hace de su capa un sayo y aquí vemos las consecuencias: “se talan los árboles que molestan sin intentar buscar una alternativa o trasplantarlos a una nueva ubicación donde sus raíces no produzcan ningún daño”.

 

 Lo que nunca llegaré a entender y espero que me perdonen, es la actitud de nuestro grupo ecologista. Si repasamos la hemeroteca, podremos encontrar como ya hace unos 15 años cuando  se sembraron los primeros Brachychiton, nos advirtieron que iba a ser la ruina del medio ambiente urbano, que esos árboles eran especies australianas y que no traerían ningún beneficio, debiendo sustituirse inmediatamente por especies autóctonas.

 

Hasta aquí todo correcto, pero sintiéndolo mucho me voy a acordar de la mare que parió al que ha dado la orden de utilizar el hacha, ya que esos árboles daban una sombra que se agradecía al subir la cuesta del Torrente; otra cosa muy distinta es que vaya a darles la razón a los ecologistas en sus críticas ya que parecen que están más preocupados por hacerse notar dentro de la Agenda 21, que por el daño que se ha inflingido a nuestro medio ambiente urbano.

 

Señores ecologistas, la política para los políticos, si la Agenda 21 es un organismo inútil, tal como comentáis en la noticia aparecida en este medio digital, y visto lo visto no lo pongo en duda; no hay más solución que irse y no seguir participando en una farsa. Recordad que  a veces una retirada a tiempo es la mayor de las victorias, lo demás suena a protagonismo y cuento chino.

 

No quisiera finalizar sin hacer mención a unos versos que se me vienen a la memoria. Son  de nuestro insigne poeta andaluz Antonio Machado. Comprendo que los que han dado la orden de la tala no habrán leído un poema en su vida, ya que entonces habrían tenido algún rastro de sentimiento y se habrían tomado la molestia de intentar  salvar unos seres vivos que son nuestros mejores amigos y aliados.

 

              Antes que te derribe, Olmo del Duero,

Con su hacha el leñador, y el carpintero

Te convierta en melena de campana,

Lanza de carro o yugo de carreta;

Antes que rojo en el hogar, mañana,

Ardas en alguna mísera caseta,

Al borde de un camino;

Antes que te descuaje un torbellino

Y tronche el soplo de las sierras blancas;

Antes que el río hasta la mar te empuje

Por valles y barrancas,

Olmo, quiero anotar en mi cartera

La gracia de tu rama verdecida.

Mi corazón espera

También, hacia la luz y hacia la vida,

Otro milagro de la primavera.

 

In Memorian de los Brachychitun de la Calle Torrente y de todos aquellos que están al caer.

 

Antes de que se me olvide, tengamos presente que lo mismo se les ocurre a los integrantes de nuestro pueblo crear la palabra POLITICIDIO, imaginen ustedes cual puede ser el significado.

                                              

             

 
 
 
 

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