Juan Marín, el Poncio Pilatos sanluqueño
SD.-La suerte está echada y Andalucía comenzará a vivir una nueva etapa política pos socialista que sin duda no dejará indiferente a nadie gracias al denostado pacto entre perdedores y la olvidadiza memoria de algunos partidos que han dicho hasta la extenuación que debería de gobernar, siempre, la fuerza más votada en cualquiera de los comicios electorales como aquel de marzo de 2012 en el que Javier Arenas, a la caña de la nave conservadora, consiguió 50 e insuficientes escaños en el Parlamento andaluz.
Las negociaciones a tres bandas para gobernar Andalucía y los resultados de la recién llegada extrema derecha deja un panorama incierto para la gobernabilidad de nuestra comunidad toda vez que el apoyo de Vox, para investir a Juanma Moreno como presidente andaluz, implica, igualmente, que con ese mismo apoyo Juan Marín será el vicepresidente y le guste o no al líder naranja sus mensajes en contra de la extrema derecha y el desprecio a estos nuevos socios y a sus puntos programáticos es solo teatro, mucho teatro para sacudirse su responsabilidad y no aceptar que un gobierno de derechas con esos compañeros de viaje no sería posible sin su necesaria colaboración.
Nada nuevo bajo el sol del oportunista Marín que siempre usó ese discurso camaleónico para alejarse de sus adversarios políticos en campaña electoral y abrazar a continuación todo el bagaje político de la fuerza más votada en Sanlúcar, PSOE, para preservar su supervivencia y su silla, exactamente lo mismo que ahora y antes en las dos últimas andaluzas ha ejecutado magistralmente con Susana Díaz que siempre prefirió gobernar con Cs para asegurarse que la izquierda real no entorpeciera su vergonzante política neoliberal y seguir tapando los casos de corrupción de su partido y la continuidad de su régimen en Andalucía.
Juan Marín será vicepresidente y su formación votará a Moreno como presidente pero no puede sustraerse de la realidad y actuar de "poli" bueno dejando el marrón político a un PP que de otro lado ha aceptado de buen grado las exigencias de Vox con unos acuerdos que solo son el vértice, la punta del iceberg y que ahora se deberán desarrollar en su totalidad porque así se lo exigirán los firmantes del pacto y es ahí donde Cs tendrá que reafirmarse en su alejamiento de la extrema derecha o de lo contrario, al igual que ha hecho hasta ahora, velará por sus intereses partidistas y el de su clan sanluqueño en detrimento de Andalucía y de los andaluces.
Marín, como San Pedro, negará las veces que sean necesarias pero al final, como hiciera Poncio Pilatos, siempre tendrá la opción de lavarse las manos siendo responsable ejecutivo del suplicio del pueblo andaluz si se desarrollan y legislan políticas que nos retrotraigan a tiempos pasados o demostrar su constitucionalidad abandonando cualquier atisbo de someterse a los dictados de los que quieren reverdecer laureles.