Usamos cookies propias y de terceros que entre otras cosas recogen datos sobre sus hábitos de navegación para mostrarle publicidad personalizada y realizar análisis de uso de nuestro sitio.
Si continúa navegando consideramos que acepta su uso. OK Más información | Y más
Cartas de una sombra
 
 
 
 
 
 
 
Cartas de una sombra PDF Imprimir E-mail
Usar puntuación: / 0
MaloBueno 
29 de Noviembre de 2020
La hora del papel (III) (II) (I)
José Antonio Córdoba.-Estaba mirando los trazos de la portada, que parecían la silueta de una mujer desnuda, pero que el papel y el tiempo allí expuesto casi habían difuminado los trazos, cuando alguien le habló a su espalda.
─Es un ejemplar especial, señorita. 
Ella casi se queda helada del sobresalto. Al girarse, se encontró con la figura de un hombre de avanzada edad, con aspecto desaliñado. Su mirada, hizo reaccionar al hombre.
─ ¡No tema señorita! ¡Esté tranquila! También me gusta leer, yo en otro tiempo fui… -Enmudeció, como si sus siguientes palabras no fueran a tener sentido para su oyente-, es un ejemplar extraño, el dueño del negocio nunca lo ha querido vender, siempre me decía que aún no había llegado su dueña. 
 
 
A veces pienso que esperaba en vano, que volviera aquella joven que posó, desnuda, para la portada.
Tras el sobresalto inicial, ella permanecía impávida contemplando a aquel hombre, quien tras aquellas palabras se acercó al cristal del escaparate, pegó la frente al mismo y susurró mirando al libro.
─ ¡Lo mismo es ella, quien te compre! ¡Suerte la que tendrías de acabar en tan delicadas manos, viejo amigo! Y con la misma, se marchó sin mirar a la mujer que permanecía allí parada.
La algarabía de unos niños pasando junto a ella atrajeron su atención, cuando alzó la vista nuevamente, el hombre había desaparecido. Se giró nuevamente hacia el escaparate, miró nuevamente aquel pequeño volumen y se encaminó para casa. Pero en su cabeza no dejaban de sucedérseles simultáneamente, la figura de aquel anciano y el título del libro “La hora de papel”.
Durante varios días estuvo investigando por internet, contactó con varios escritores conocidos de ella y otros tantos libreros, pero sobre aquel volumen todos negaban la existencia del mismo, a no ser que se tratara de una autopublicación y por los resultados, sin ninguna difusión.
Un viernes de finales de agosto, ponía un pie en el escalón de acceso a la plataforma del bus, cuando escuchó una campanilla, e instintivamente miró a la puerta de la librería.
─ ¿Cómo, aún está abierta al público? ─Hizo por bajarse, pero el tiempo así  como la mirada del conductor, eran implacables. Por lo que tomó asiento y miró por el cristal del vehículo, pero solo pudo distinguir una sombra, que tras abrir el establecimiento  caminaba vivamente hacia el interior.
Algo en su interior, le carcomía, era mitad miedo y el resto intriga. Al comentárselo a una compañera, ésta insinuó entre risas que aquello que sentía, era hambre, pero ella sabía que algo la había enganchado a hacerse con aquel libro.
Investigador-Columnista-Escritor
 

 
 
 
 
 

Vídeos
históricos más vistos

Últimas entradas más leidas

 
 
 
 
© 2024 Portal Sanlucardigital.es
Joomla! is Free Software released under the GNU General Public License.
 
Síguenos en
       
Sanlúcar Digital  ISSN 1989-1962