Usamos cookies propias y de terceros que entre otras cosas recogen datos sobre sus hábitos de navegación para mostrarle publicidad personalizada y realizar análisis de uso de nuestro sitio.
Si continúa navegando consideramos que acepta su uso. OK Más información | Y más
Volviendo a la isla
 
 
 
 
 
 
 
Volviendo a la isla PDF Imprimir E-mail
Usar puntuación: / 0
MaloBueno 
20 de Diciembre de 2020
Crónica en ripios del Covid-19
La nochevieja pasada, 
la del año diecinueve,
brindamos, nos abrazamos 
y eran todo parabienes,
besos y buenos deseos
para el año dos mil veinte.
Y no hubo ni un adivino, 
ni una echadora de cartas 
que predijera el destino 
aciago que le esperaba
a la humanidad entera, 
desde la China hasta el África. 
Quien nos dijera el día uno,
celebrando el año nuevo,
que nos meterían en casa
casi tres meses y medio
le hubiésemos dicho tonto,
aguafiestas y agorero
o en el mejor de los casos:
 
¡qué te gusta el cachondeo!
Nos preocupaban entonces
Las cuitas catalanistas:
¡Uy, España que se rompe,
uy, que vienen los fascistas.
Cuidado con el gobierno
diz que social comunista!
Y llegaría el carnaval,
que llega siempre en febrero,
y que se vive en las calles
y se vive en el congreso. 
Y llegó el ocho de marzo
aquí y en el mundo entero.
¡Las feministas de España
-decía el de los Monteros-
son de las que más contagian
y más sin son de Podemos! 
Y la China Mandarina
que nos  lo venía advirtiendo:
-Id comprando mascarillas
que lo que llega es muy serio. 
Manda cojones los chinos
comiéndose bichos negros,
negros vampiros con alas
con lo rico que está el queso.
O un potaje de lentejas,
o un bacalao al pil pil…
Pues nada, a ellos les pirra
un guiso de Pangolín. 
¿No van a estar amarillos
comiendo bichos así? 
Un viernes frío de marzo
compareció el presidente:
Os anunció ciudadanos
-Dijo muy solemnemente-
Vamos a estar confinados
quince días,  lo más veinte.
¡Ciudadanos-añadía,
el guapo de la Moncloa -
entre todos venceremos
a este maldito Corona!
¡Ruego que tengan paciencia,
que no se pongan histéricos!
Ni gasten las existencias,
coño, de papel higiénico! 
Si tocan todo con guantes
y guardan bien las distancias
(incluso con sus amantes)
ya verán que pronto pasa. 
-¿Pero habrá Semana Santa?
¿Veremos las cofradías? -
¡Que sí, que no pasa nada,
que serán solo unos días! 
Pues no salieron los santos,
quedaron  en sus capillas.
Ni hubo paseos a caballo, 
ni hubo feria de Sevilla.
Ni hubo primero de mayo,
ni niños de comunión
con sus trajecillos blancos
y con su celebración.
¡Que el virus va como un rayo!
decía Fernando Simón
y  un señor uniformado
vestido de general
iba a las ruedas de prensa
yo creo que para asustar.
A olvidarse ciudadanos
dijo la gobernación, 
de pasear por las calles, 
de ninguna diversión, 
que está la cosa que arde.
Si acaso podréis salir,
a las ocho de la tarde
al balcón para  aplaudir. 
Ni ferias ni san fermines
Ni encierros en la estafeta
Ni primaveras, ni abriles
robados dijo el poeta.
Fiamos todo a la ciencia,
rezamos por la vacuna
y por videoconferencia
besaba a su novio alguna. 
Se nos morían los mayores
cautivos en residencias
sin funerales ni adioses,
las despedidas sin flores 
y los cargos de conciencia.
¡Pero saldremos más fuertes!
Era una bella consigna,
más unidos y más sabios
y más de uno  lo creía.
Nadie lo tenía muy claro,
pero a ver quién se resigna
al ERTE, al despido, al paro
Y a esa miserable vida.
Llegó la desescalada,
lentamente pero firme
y aun con las cartas tapadas
nos pensábamos ya libres.
Nos juntábamos en bares
guardábamos las distancias
pero a la cuarta cerveza...
¡qué viva la idiosincrasia, 
nuestra cultura latina, 
nuestro arte y nuestra gracia!
ya estábamos abrazados
cual si no pasara nada. 
Acotábamos las playas
como trincheras de arena
este cacho pa mi Antonio
y este otro pa mi Elena. 
Millones de barbacoas
crepitando por la patria
mientras la segunda ola
del  virus se preparaba. 
Aparecieron teorías
de los mesías de guardia:
Que el virus es de mentira,
que Bill Gates nos engaña,
que si con las mascarillas
salen ronchas en la cara.
Que  si  es cosa de los chinos
que quieren joder a  España.
Que se inventaron el virus
los dueños de las farmacias, 
que las élites conspiran
para que nadie se salga
del camino que decidan 
los que ordenan, los que mandan. 
El buen tiempo y el verano,
las noches tan estrelladas,
los jóvenes que se besan
quitándose al fin la máscara…
porque se sienten muy fuertes
y los dueños del mañana.
Ahora sin ocio nocturno
-qué extraña desescalada
que normalidad nueva
tan anormal y tan rara- 
¿Dónde irá la muchachada? 
¿Se reunirán cada noche
debajo de mi ventana
con sus risas, su derroche
de energía hasta las tantas?
¿habrá alguno que decida
de forma muy  insensata
que es raro no vivir hoy
por poder vivir mañana? 
Lo cierto, queridos míos; 
la gente ya está cansada,
viviendo sin alegría
esto no es vida ni es nada.
¡Venga, chavales, arriba
del trabajo para casa!
Y así un día y otro día
hasta que venga la parca,
Por eso es por lo que incumple
la normativa la masa.
Si no vemos el incendio,
nadie se cree que haya llamas.
Por más que todo esté ardiendo.
Por más que la hoguera arda.
 
 
 
 

Vídeos
históricos más vistos

Últimas entradas más leidas

 
 
 
 
© 2024 Portal Sanlucardigital.es
Joomla! is Free Software released under the GNU General Public License.
 
Síguenos en
       
Sanlúcar Digital  ISSN 1989-1962