Canción tonta del borriquito

Gallardoski.-Me tomaré la libertad de traer a la prensa digital por un rato a la poesía. No es cosa habitual, hace décadas lo era. Ya no, queda poca poesía. La justa, seguramente. 

Me tomaré la libertad. Supongo que la tengo y si no tampoco pasa nada. ¡Qué va a pasar! ¡Qué importancia tendrá esto y todo! 

Ahí va la canción del borriquito, métanse en la cabeza al maestro Peret y los jóvenes, si es que por ventura hubiera alguno que todavía no ha dejado la lectura de estas líneas para pasar a deslizar su dedo en la pantalla en la búsqueda de ínsulas más actuales y confortables, que piensen, no sé en Maluma o alguno de esos delincuentes intelectuales. Lo siento, yo soy de la vieja escuela que consideraba que Eric Clapton era casi Dios o viceversa. 

La canción tonta del borriquito viene a decir lo siguiente: 

Qué despilfarro de ingenios, cuánto héroe y cuánto artista. Cuánto temblor de misterio, cuánto listo y cuánta lista. Vaya derroche de expertos…que desde primera hora reparten conocimientos de tan generosa forma. Ya no hay señores con dudas. Y tampoco ves señoras, que necesiten ayuda, y la arrogancia es la norma.

¿Y cómo iré con esta cara a decirte: tururú? Sólo sé que no sé nada. Borriquito como tú. 

Alrededor de la barra, vuelan buscando su presa los buitres de la tabarra para explicarte qué piensan. ¿Dictadura o democracia? ¡Qué viva el libre mercado! Y el pueblo que en su desgracia se convierta en precariado…

Ya no hay respeto por nadie, todo el mundo es  un experto y hablen de lo que hablen, siempre son los más certeros.

“El caimán era un tirano y fusilaba a la gente, pero  inauguró pantanos y no había tanto delincuente” 

“Este país yo lo arreglaba si me dejaran dos meses gobernar en toda España seríamos luz de occidente”

“Yo no soy racista pero…” “Yo tengo un amigo gay y a la mujer la respeto, siempre que me respetéis

¿Y cómo iré con esta cara a decirte: tururú? Sólo sé que no sé nada. Borriquito como tú.

Te pongas como te pongas, y por mucho que les huyas te contarán su milonga.

¡Socorro por dios! ¡ayuda!.