Vándalo

José Luis Zarazaga Pérez.-Hoy este humilde desarticulista quiere comenzar haciendo referencia a un tema que por desgracia está de rabiosa actualidad: “Vándalo o Vandalismo”, vamos que si tuviéramos que analizar el tema en Sanlúcar de Barrameda daríamos con acepciones para montar varios roscos del Pasa Palabra.

Según el Diccionario de la real Academia de la Lengua vándalo se define como: “Hombre que acomete acciones propias de gente salvaje y desalmada”. Otra acepción es la que reza: “Espíritu de destrucción que no respeta cosa alguna sagrada ni profana”. !Coño….¡, con perdón, la RAE se está refiriendo a Sanlúcar de Barrameda para actualizar su diccionario. Cierto y me pregunto: ¿por qué somos unos Vándalos?, ¿por qué Sanlúcar y los sanluqueños tenemos que soportar el llevar por bandera la fama tan negativa del pueblo Vándalo?, ¿por qué cada vez más el gentilicio sanluqueño se está convirtiendo en sinónimo de lo más devastador?. La respuesta es sencilla: “los daños ejecutados sobre los bienes culturales viene repitiéndose con frecuencia durante los últimos tiempos, en especial a través de pintadas o graffiti, como queráis llamarlos”

Hoy, por ejemplo han vuelto a aparecer pintadas en la piedra de las Covachas, hecho que ha provocado una gran indignación y condena por parte municipal. Se había dado un pequeño paso en la conservación del patrimonio cultural de nuestra localidad y si es cierto que a unos ha gustado más que a otros, también es cierto que destrozar lo que es de todos no es la mejor forma de protestar ya que se pierde todo argumento tanto a favor como en contra de la susodicha restauración.

Esperemos que la denuncia pública que ha efectuado nuestro alcalde no se quede en agua de borrajas, como siempre ocurre, y se localice al autor o autores de semejante desaguisado, todo ello sin perder de vista, que si los daños son suficientes como para pasar a la vía penal, el "precio a pagar" puede ser mucho mayor ya que a la sanción administrativa el juez podría imponer otro tipo de penas (como el pago de los gastos para restituir la cosa a su estado inicial). Recordemos el caso de las pintadas aparecidas hace un año en el Puente Romano de Mérida, unos menores con total impunidad dejaron su huella impresa en forma de graffiti y a los padres les costó una tremenda sanción, además de tener que sufragar la costosa restauración. Por desgracia mucho hemos soportado el vivir n aquella época que decían; “la letra con sangre entra”, y yo añadiré en este caso, por desgracia entró. Caso aparte es lo que pasó con la Fuente de la Plaza del Cabildo, desde aquel Mundial de fútbol en que acabó hecha pedazos aún no se ha sabido nada de los autores, eso si los vándalos se regodearon llenando el youtube con vídeos de su hazaña. A eso se le llama Vandalismo tanto del autor como de la Administración.

Si el nivel cultural de un pueblo se mide por cómo sus ciudadanos y gobernantes cuidan y respetan su patrimonio histórico – artístico, Sanlúcar de Barrameda tiene un gravísimo problema. Una población como Sanlúcar con un patrimonio cultural, ambiental y turístico que es la envidia de muchas localidades no se puede permitir que año tras año el vandalismo quede totalmente impune, no es solo el daño patrimonial al que nos hemos acostumbrado, como puede ser el abandono y ruina del Auditorio de la Merced y el Palacio Municipal, es también el vandalismo que se está aplicando por culpa de unos pocos a la imagen de sanlúcar y que tanto daño está haciendo. Vandalismo es que Sanlúcar solo salga en televisión para sacar imágenes de planeadoras estrellándose contra la playa, o avisar de un corte de luz para detectar cultivos de marihuana.

cultural como el de las Covachas suceden a diario en sanlúcar. Y no solo destrozos, también expolios como el ya olvidado patrimonio del convento de las Descalzas o los robos en yacimientos arqueológicos como los de Evora o el Tesorillo de la Algaida. Esto es lo que vemos de primera mano, pero lo más preocupante es la falta de conciencia cultural. Localidades cercanas han visto como la conservación de sus valores es una fuente de prosperidad. Buena parte de la ciudadanía de nuestro pueblo no sabe respetar su patrimonio y por ende su gran legado histórico-artístico. El vandalismo en sanlúcar a fin de cuentas es un problema de educación y de cultura, algo en lo que seguimos estando a la cola de España. Un pueblo culto es un pueblo que sabe respetar su patrimonio en todas sus variantes y aunque en los últimos años hemos mejorado algo en este aspecto, aún estamos muy lejos de otras poblaciones.

Para finalizar habría que destacar que sufrimos un problema de vandalismo pero que no se predica con el ejemplo. Sanlúcar es ese lugar en el que la Administración permite que lugares emblemáticos como el Castillo de san Salvador o de la Pantista sigan durmiendo el sueño de los justos en el mayor de los expolios y abandonos, Sanlúcar es ese lugar donde nos hemos acostumbrado a tener las tapias del Palacio apuntaladas por los siglos de los siglos, Sanlúcar parece tener asimilado que el destino de la Merced es la ruina y la dejadez, Sanlúcar calla cuando ve un jardín romántico como el de las Piletas sumido en el olvido y el abandono. En fin como dirían ¡Somos así, culpable los sanluqueños¡