José Segura,.-Miles de descendientes de nuestros abuelos y abuelas, ajusticiados, encarcelados, exiliados o borrados de los registros civiles, cobran estos días su deuda con la historia española. De un modo inusitado o al menos no esperado, el Estado español otorga la nacionalidad española a un grupo muy considerable de extranjeros que en quince días serán españoles.