El Partido Popular manchó las manos de los españoles de sangre. La historia nos enseña que nos metió en una guerra sanguinaria como fue la de Irak, actualmente el Partido Popular no condena los actos tan crueles que se han estado produciendo en la Franja de Gaza.

José L. Zarazaga.-Ya bien entrados en el invierno y a pesar del frío y la cercanía del Carnaval, no deja de sorprender los aromas de santidad que se respiran en nuestro pueblo. El pasado sábado fue la fiesta de San Antón, santo al que un ateo suele pedir que se acuerde de lanzar una bendición a nuestros políticos y vean estos la luz de la sapiencia. Esto último si que sería un milagro.  

Ayer nos presentaron el cartel de la próxima Semana Santa, los que anuncia la cercanía de la Primavera y sus olores a azahar, aún a pesar de que santificando el agosto con la sal de la vida acaban matando a más de un naranjo.   

 Ya está, no voy a entrar en polémica, todo viene a colación porque parece que esta emotividad ha influido en la mente de algún aprendiz de político y miren por donde, nos quieren mostrar que ya empieza a picarles el gusanillo de la cultura.    Sin animo de ofender, alguno de estos políticos se ha visionado la serie completa de Barrio Sésamo y nos ha deletreado el vocablo renovación.   

La  Real  Academia de la  Lengua nos ofrece varias acepciones sobre dicha palabra, yo personalmente quiero ejemplificar con las tres siguientes: “remudar, poner de nuevo o reemplazar algo” , “sustituir una cosa vieja, o que ya ha servido, por otra nueva de la misma clase” y “dar nueva energía a algo, transformarlo”.   

Creo que son unos magníficos ejemplos aplicables a lo que consiste la renovación de los órganos de un partido político, tenga éste la ideología que tenga. Creo que ha quedado totalmente diáfano el significado de renovación, aunque a muchos aspirantes a político dicho concepto no les quede aún claro, ni siquiera después del varapalo que recibieron aquel 27 de mayo.   

No se si será por los aromas de santidad que se avecina, pero tengo que felicitarlos por haber hecho un acto de constricción, Eso esta muy bien y es digno de elogio, pero como mi memoria aún no me falla y veo que tenéis cierto interés en la historia, quiero recordaros que pecasteis de soberbia cuando  dabais la espalda al pueblo y os enfrentatabais con el ordeno y mando a los trabajadores, también pecasteis de gula cuando os inflabais los estómagos en comidas pantagruélicas a costa del erario público, pecasteis de avaricia cuando dilapidabais tan alegremente los fondos del erario, pecasteis de pereza cuando no supisteis gestionar ninguna infraestructura que redundara en el bienestar de nuestro pueblo y ahora ni siquiera os tomáis la molestia de aparecer por los Plenos Municipales, por último pecáis de envidia y de ira .   

Se debe de predicar con el ejemplo, y el mejor ejemplo hubiera sido  no haber dimitido del cargo cuando no se ganaron las elecciones y defender las ideas desde un órgano de representación como es ser Concejal en un Ayuntamiento.   

Me gusta y quiero que se hagan referencias a la historia, no debemos de olvidar nuestro pasado ya que ahí encontraremos lo que será un exponente de nuestras acciones futuras: “ningún hombre por rico que sea podrá comprar su pasado”. El Partido Popular manchó las manos de los españoles de sangre. La historia nos enseña que nos metió en una guerra sanguinaria como fue la de Irak, actualmente el Partido Popular no condena los actos tan crueles que se han estado produciendo en la Franja de Gaza. Siento tener que deciros que hasta que no haya una renovación de caras y de ideas lo único que obtendréis será lo siguiente: “No en mi nombre”.   

Habéis comenzado una guerra interna, se inicia la época de las traiciones y al que postula una candidatura se le amenaza con un expediente, eso si que no lo considero yo un acto de renovación, la historia vuelve a darnos la clave: “ocho años aplicando el rodillo y seguís escudándoos en la disciplina interna, que no dictadura, en contra de las ideas propias”.   

No quisiera finalizar sin dejar un pequeño apunte histórico. Viriato, gran jefe de la tribu de los lusitanos cultivó tres cualidades básicas del guerrillero:  el aprovechamiento sistemático del terreno para las emboscadas, la audacia para cambiar el escenario de los combates y la capacidad de actuar muy lejos de sus bases, lo cual suponía también mucha mano izquierda para lograr alianzas sobre la marcha y pactos de manutención sobre el terreno.    

Lo siento, pero aunque utilicéis dichas tácticas erráis muchas veces en el fondo. Se traicionó a nuestro pueblo y la traición pasó la factura. También tendría que recordaros que tres de sus enviados, Ditalcón, Audaz y Minuro, volvieron del campamento romano con más oro del que llevaban y se lo ganaron apuñalando a Viriato. Cuenta la leyenda que, muerto el héroe, los asesinos volvieron a por lo suyo y los romanos, avarientos, le respondieron: “Roma no paga traidores”. La frase es notable pero apócrifa. Los lusitanos no se metían en magnicidios gratis.   

Cuidado que se postulan tres candidatos en la tan cacareada renovación, no son Ditalcón, Audaz y Minuro, pero pueden utilizar las mismas tácticas y ya creo que se sabe que Sanlúcar no paga a traidores.   

Esta última frase no es apócrifa ya la conocimos aquel 27 de mayo y ustedes no creo que tengáis la nobleza de Viriato.