Propongo que se instaure el Premio “Doctor Payasus Causa”, destinado al que diga la sandeces y burradas más grandes en dicho órgano de representación. José Luis Zarazaga.- Aunque el titulo de hoy nos remonte a aquella lejana época en que unos payasos de la tele alegraban las tardes de este humilde comentarista, no es precisamente de dicho Circo del que vamos a hablar. Siguiendo la tónica de los últimos artículos creo que debemos de agradecer a nuestros políticos locales que nos den una Lección Magistral sobre el Gran Circo de la Historia. Aunque lo que estoy comentando no es motivo de ninguna guasa, no merece la pena que nos dejemos invadir por la tristeza. La actitud de nuestros políticos locales no tiene arreglo, evidencia que es mejor llevar con asco y resignación , y al igual que los más elegantes Gladiadores del Circo Romano, con una vaga sonrisa en los labios.
La Historia nos demuestra y lo vemos día a día, como todas las sociedades tienen por costumbre dotar a sus más eminentes representantes de honores y galardones, ya sean el Novel, los Oscar, los Príncipes de Asturias, o algunos menos conocidos pero no menos importantes, como las medallas de oro que dio la anterior Corporación Municipal, ejemplo claro la concedida al buen hacer periodístico de nuestra inestimable Nina. Este humilde comentarista, viendo la que se montó ayer en el Pleno Municipal, ya solo le queda pensar que la política de nuestro pueblo se ha convertido en el arte de encauzar la inercia de la Historia, inercia que viene presida por el hecho de que para hacer política es necesario carecer de ideas, así como para hacer dinero es necesario no tener escrúpulos. Dejando un poco al lado la tristeza que infunde todo este asunto y ya que dejando aparte un Concejal que no se despega de la silla ni con agua caliente, voy a ha hacer unas propuesta para el próximo Pleno Municipal, a ver si algún político tiene la honradez y la valentía de llevarla a dicho órgano. 1º Moción: Propongo que se instaure el Premio “Doctor Payasus Causa”, destinado al que diga la sandeces y burradas más grandes en dicho órgano de representación. En este caso como es menester y perentorio iría destinado a nuestro amigo Don Antonio Prat. Espero que no se cabree por dicha mención ya que por una vez iba a estar en lo más alto, pobrecito seguro que hasta se emocionaba y todo. 2º Moción: Instáurese el que denominaríamos en nuestro pueblo “Premio al Muelle de Guita”. Este premio estará bastante reñido, ya que habría que repartirlo entre los concejales del partido Popular y el de Izquierda Unida, que cuando aparecen por los plenos, ya que nadie saben cuando van, es para presentar incoherencias y votar en contra de todo. Mención especial para nuestro amigo Gil, que en toda la legislatura no ha presentado ni una sola propuesta que denote preocupación por los temas que afectan a nuestro pueblo. Para nuestros amigos del Equipo de Gobierno, esta vez no hay premio que valga, eso si yo le pediría a mi queridísima alcaldesa, que aparque por un día la sonrisa y le suelte una reprimenda a sus colaboradores, es mejor trabajar por el pueblo que responder a acusaciones sin fundamento. El trabajo de un político se ve en la calle, lo demás es papel mojado. Si nuestros concejales se dedican a contestar a todas las provocaciones, flaco favor le están haciendo a nuestro pueblo, la mierda no es preciso menearla, ya que siempre flota. El trabajo serio y eficiente siempre está en la sombra, lo que no quiere decir que no se aprecien los resultados, vamos que el pueblo no es tonto. Para no extenderme mucho, quisiera recordaros que la Historia es como la circulación de la sangre o como la digestión de los alimentos. La política corre por las arterías de nuestro pueblo, pero igualmente pasa por el estomago y algunos de sus componentes no mantienen al organismo sino que acaban saliendo por la cloaca. Todo lo que no sea humildad, una inmensa y descarada humildad, debe de sobrar en el equipaje del político. Vuestro macuto ganará en eficacia cuando tiréis por la borda, uno tras otro, todos los atavismos que lastran la política de nuestro pueblo, aunque quizás, la política a que nos tenéis acostumbrados muriese, cosa que tampoco debería preocuparnos demasiado.
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