En verdad en verdad os digo, teístas y ateos mios de mi corazón, que todas vuestras trifulcas me importan un pimiento, dicho sea sin ánimo de ofender a los fruterosJota Siroco.-“-¿Un Dios existente? -Dios nos libre de él”. A veces, quien sabe si cada noche, habría que releer el “Juan de Mairena”, ese Machado disfrazado de filósofo callejonero. Más de veinte siglos han estado los teístas intentando convencernos de las excelencias provenientes de un Dios con más atributos que el mismísimo Manfredi. ¡Más de veinte siglos- ¡Dios mío de mi alma!- forzando nuestro pensamiento y nuestros sentimientos hasta casi la angustia!...y ahora resulta que una simple frase viajera hace temblar el chiringuito de los milagros.
Si todo eso me da terror, casi el mismo me produce que ahora los ateos, que en eso de dar el coñazo con sus creencias llegan casi hasta la perfección, comiencen una campaña, también secular, para convencernos de lo contrario. ¿Es que no hay manera que unos y otros nos dejen tomarnos una cerveza en paz?. En verdad en verdad os digo, teístas y ateos mios de mi corazón, que todas vuestras trifulcas me importan un pimiento, dicho sea sin ánimo de ofender a los fruteros. Pero puestos a cargarnos dioses etéreos bien podríamos, para ir despejando el campo, empezar por los terrestres, por todos los idolillos de la política, de la iglesia, de la banca, del espectáculo, de la literatura y ya puestos, de la fontanería, de la meteorología y del espionaje en chanclas. Estoy hasta los mísmísimos… límites de la fe de Zapateros, Obamas (todavía no), Rajoys, Roucos, Gallardones, Botines, Penélopes, Austers, Mortadelos y Sirocos.
¡Ahora que al becerro de oro no le quedan ni los cuernos, a ver si es posible que nos toque a todos la lotería, aunque sea una vez ¡porlamordedió!
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