Me siento orgulloso de mi pueblo, lo amo y tengo por bandera el poder decir que en mis 45 años de vida mi única arma ha sido la palabra. 

José Luis Zarazaga Pérez.-Ciertamente es un curioso título para ilustrar el comienzo de una de tantas ocurrencias de las que tienen en mente este su humilde desarticulista. No voy a comenzar con una crítica, sino todo lo contrario, es curioso las cosas o las situaciones que le toca a uno vivir en el día a día. El sábado a las once de la mañana, ya con un sol que se puede definir como plomizo, a punto de llegar a la cafetería del Hotel Doñana me percaté de que una pequeña figura de un color verde pálido caminaba tranquilamente ajeno a todo por el asfalto y además ajena al peligro que se le cernía.

Asombrado tuve que saltar rápidamente a recogerla ya que iba a ser aplastada sin remedio por uno de tantos vehículos que pululan por nuestras calles. Era un pequeño camaleón que al verse atrapado tuvo la feliz ocurrencia de pegarme un fuerte  mordisco, solamente se me ocurrió decirle “hay que ver eres como los políticos, cambias de color y muerdes la mano que te salva el culo”.

Anécdotas aparte, que lo que a uno le procura es una sonrisa y la satisfacción de haber podido contribuir en algo a la mejora de nuestro medio ambiente, denomino esté pequeño artículo como luto informativo, ya que podríamos decir que en estos días asistimos a cruentos ataques contra la libertad de expresión y de opinión.

 Ataques hay muchos ya sean directos o indirectos. En una sociedad de comunicación global como la nuestra, nada puede escapar al influjo mediático de internet, en estos días asistimos horrorizados a las manifestaciones de violencia extrema que se está produciendo en irán, no se pudo esconder las barbaries de la invasión de Iraq, asistimos diariamente al intento del gobierno de chino por controlar las noticias que no sean del agrado del régimen comunista, y así podríamos mencionar un largo etc.

Siento admiración por un escrito como George Orwell que como testigo de su época, fue en los años 30 y 40 cronista, crítico de literatura y novelista. De su producción variada, las dos obras que tuvieron un éxito más duradero fueron dos textos publicados después de la segunda guerra mundial: «Rebelión en la granja» y, sobre todo «1984», novela en la que crea el concepto de «Gran Hermano» que desde entonces pasó al lenguaje común de la crítica de las técnicas modernas de vigilancia. 

En dicha época aún no se conocía internet, pero en este caso habría que definirlo como un visionario de lo que nos esperaba en un futuro no tan lejano. En nuestra localidad hemos asistido durante varias legislaturas al control de los diversos medios de comunicación locales, durante el gobierno del Partido Impopular se asistió a lo que se podría definir como control absoluto de los diversos medios de comunicación locales, a excepción y podemos decir que un con un tiempo efímero de gloria, de Pleamar Televisión.

La que podríamos definir como tergiversación informativa tuvo amplio eco en las televisiones públicas nacionales, aún son claro ejemplo aquellos telediarios dirigidos por Urdaci donde se nos planteaba que España era  el país de Jauja, gracias al gobierno del Partido Popular. El resultado es claro, la gente acaba hastiada y busca medios alternativos, caso claro fue el auge adquirido por cadenas como Telecinco y el hundimiento económico de RTVE.   

En Sanlúcar hemos asistido a varios experimentos de comunicación, vimos como aparecían dos cadenas de televisión local, una claramente a favor del equipo gobernante en aquel momento y otra que teóricamente daba participación a las voces discrepantes.   

Llegados a este punto tenemos que decir que toda discrepancia es buena, sobre todo si se utiliza con un fin espureo, fin que no es otro que lanzar su mensaje, convencer y alcanzar el poder. Hasta ahí todo son parabienes, pero como diría mi amigo Jorge todo depende de si los toros se miran desde la barrera, muy distinto es estar en el ruedo. Cierto la plaza ha cambiado de toros y de maestro, ahora hay una nueva barrera que no es otra que Sanlúcar Digital.

Mi amigo Pepe, gerente de dicha plaza, ha reservado a este humilde desarticulista , la que podríamos definir como presidencia, cierto que veo los toros desde la barrera, pero ciertamente cuando critiqué la barbarie de una corrida de toros, siento decir que lo hice con conocimiento de causa, también siento decir que cuando critico una actuación política, lo hago con conocimiento de causa, aun resuena aquella frase de un profesor que nos dijo “seréis licenciados en ciencia Política por la Gracia de Dios”, a lo que yo mismo me repuse “no será mejor decir por haber hincado los codos”.  

Hinqué los codos, no voy a hincar las rodillas, no tengo motivos para pedir perdón. Antes de finalizar quiero hacer un poco de historia.

Mi primer acercamiento a la Democracia se produce el 28 de octubre de 1982, como tantos españoles confié y voté a Felipe Gonzales, fui traicionado el 12 de marzo de 1986, cuando un joven recluta en San Fernando tuvo que venirse en autostop hacia Sanlúcar para votar un clamoroso no a el ingreso en la OTAN, desde aquella fecha nunca más volví a votarle.

Ese fue el único pago a la tergiversación y la mentira, nunca he votado a la Derecha reaccionaria e hipócrita que tenemos en España, pero sí que por lo menos he sabido siempre de qué pie cojeaban. Debo de aclarar que mi ideología es de izquierda, soy de mente republicana, voté y sigo confiando en Zapatero, a lo mejor es que soy un iluso o que aún no me ha traicionado, voté y creo que quedo claro, por un cambio en Sanlúcar, a lo mejor es que sigo siendo un iluso, lo que no voy a votar ni aguantar es la tergiversación y el insulto.   

Aconsejaría y rogaría a través de este nuestro medio digital, último baluarte de la libertad de expresión, que esos señores que alardean en público o en privado de que la mejor forma de hacerme callar es partirme la cara, que se lean un manual de saber estar y de espíritu democrático, no estamos en Irán, estamos en Sanlúcar de Barrameda.   Me siento orgulloso de mi pueblo lo amo y tengo por bandera el poder decir que en mis 45 años de vida mi única arma ha sido la palabra.   

20 de noviembre del año 1975, un chaval con doce años es despertado sobre las nueve de la mañana por su madre, para ir al colegio y sentado frente a un televisor Zenit, observa la siguiente noticia. “Carlos Arias Navarro, a la sazón Presidente del Gobierno, ojeroso, con lágrimas en los ojos y voz entrecortada dio la noticia ESPAÑOLES, FRANCO HA MUERTO”.   

Pues eso, siento decirlo pero a mí no se me pueden dar lecciones de Democracia.