Jamás he votado ni al roedor ni al roído. Siempre he votado a la izquierdaDiego Sánchez Prieto "Germinal".-Ese partido que sólo tiene dos diputados en el Parlamento, pero avalado por un millón de votos. Y esto seguirá así mientras este partido no enseñe los dientes y diga basta, hasta aquí hemos llegado. Y si es preciso renunciar al Parlamento, debería hacerlo pregonando a la opinión pública los porqués de la renuncia. Le asiste el derecho moral: un ciudadano, un voto y todos con el mismo valor.
Mientras la ley electoral siga siendo así, el partido del gobierno ni le presta atención; porque se vende más caro a otro partido que con menos de la mitad de votos, cuenta con más del doble de diputados.A los partidos mayoritarios no le interesa cambiar la ley, ni a los partidos nacionalistas, pero algo se debe hacer para que la democracia sea participativa, como es moralmente lógico. Y sigamos con la cuestión motivo del título. Partido roído: presuntamente el PP. La señora Cospedal dice que la policía y las instituciones judiciales tienen pinchados los teléfonos de los dirigentes del PP, por orden del gobierno. En un régimen cuasi democrático, sí puede ser posible, pero para formular acusaciones se deben aportar pruebas. El señor Montoro dice que es el gobierno quien debe demostrar que son falsas, ergo yo puedo acusar a Fulanito que ha matado a Zutanito, y ahora debe demostrar Zutanito que él no es el asesino, cuando lo más lógico es que yo presente pruebas del delito de Fulanito. Si la señora Cospedal acusa al partido del gobierno de una presunta escucha, debe presentar pruebas que avalen su acusación, si no, quedará como embustera y debe dimitir y enfrentarse a la querella que sin duda presentará el gobierno por acusaciones falsas, y no lo contrario. Una vez que presente las pruebas pertinentes, los jueces decidirán. Cuando condenaron a la cúpula de los nazis por el holocausto, los acusadores presentaron pruebas que los incriminaban, y presentadas estas pruebas, fueron condenados por genocidio. Claro es que los acusadores eran los vencedores. En la guerra de Irak, también se cometieron crímenes, pero como los crímenes los cometieron los vencedores, no hay juicio: ¡quien pone los cascabeles al gato!, y al no haber juicio, no hay condena, igualito que los presos de Guantánamo. Igual que el genocidio de Hirosima y Nagasaqui. Los mismos políticos están contribuyendo a la destrucción de la democracia, porque su defensa y ataque es: y tú más. Mientras tanto, el fantasma se frota las manos, porque su hora cada vez está más cerca, y cuando llegue, será el tiempo de los llantos y del crujir de dientes Partido roedor: presuntamente el PSOE, y lo tiene además merecido. Su etapa del Felipismo todavía está presente.
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