¿ Para quién gobierna Zapatero?

Pepe Fernández.- Cualquier niño de primaria respondería a esta simple pregunta, pero algunos se empeñan en responder que se hace en contra de ellos por cuanto no satisfacen sus planteaminetos morales, siguiendo el ejemplo de los representantes de un país extranjero en España, su radio y sus correligionarios aglutinados en un partido político, para debilitar al estado de derecho con las disparatadas afirmaciones de unos y otros desde sus puestos de responsabilidad, principalmente cuando el gobierno de la nación legisla sobre asuntos importantes de nuestra convivencia cumpliendo sus promesas electorales o por la necesidad de actualizar las leyes a los tiempos que vivimos.

La aprobación de estas leyes, refrendadas por los más de once millones de votos obtenidos por el PSOE en las últimas generales, fueron los suficientes para formar gobierno y diseñar el futuro de nuestro país en los próximos cuatro años después de la victoria electoral. Es lo que tiene la democracia.

Las leyes promulgadas por el partido más votado, con el apoyo puntual de otros partidos progresistas, pueden gustar o no y seguramente siempre serán mejorables, pero ninguna institución ajena a aquella salida de las urnas tiene el derecho de poner en entredicho la constitucionalidad de las mismas con afirmaciones tan graves como las que una televisión local de Sanlúcar ha vertido en la retransmisión de la salida procesional de la patrona de Sanlúcar la Virgen de la Caridad.

Afirmar que se está promulgando leyes contra los cristianos o que estos están siendo acorralados por ciertos sectores de la población cercanos a los planteamientos ideológicos de la izquierda, y hacerlo recordando los desgraciados acontecimientos de 1936, o unas pintadas aisladas en alguna iglesia, es de una mezquindad e irresponsabilidad que califica al autor de estas declaraciones.

Que se generalicen hechos aislados, por los que tiene la misma catadura que los que lo provocan, no es sino otra muestra más del desencuentro interesado de la Iglesia española con el ejecutivo español, sobre todo en aquellas leyes que moralmente están en contra, según ellos, de los principios cristianos y católicos de la mayoría de los españoles, que por cierto no son practicantes en su inmensa mayoría, de ahí el nulo interés de éstos para poner la crucecita en su declaración de hacienda.

A lo mejor, habría que recordar a los panfletarios del micrófono, que España no es un estado teocrático y que sus leyes emanan de la fuerza de sus votos y no de la moral impuesta por unos pocos, que además siempre han ido en contra de cualquier cambio impuesto por la sociedad y por el tiempo que nos ha tocado vivir. Llueve sobre mojado

En realidad les duele sobremanera que se hayan aprobado leyes como la de plazos para la interrupción voluntaria del embarazo, aquella del matrimonio de homosexuales, o la de la memoria histórica, entre otras.

Deberían saber estos aprendices de Jiménez Losantos, que la laicidad no es contraria a nadie,  es solo la independencia del estado con  cualquier organización religiosa y no el camino para cercenar sus derechos o eliminarlos, por lo que las declaraciones de este locutor local cuando se refiere a la separación de Iglesia- Estado, es un plantillazo a la espinilla de la Historia de España más reciente, pretendiendo rememorar tiempos pasados en el que los dictadores salían bajo palio y el poder de la curia era omnipresente en la vida de todos los españoles. Afortunadamente eso pasó porque cada uno está en el lugar que libremente hemos elegido los españoles y no en el que a ellos les gustaría estar, como se desprende de las afirmaciones del citado locutor local que, no nos engañemos, no es una gota de agua en el océano.

Igualmente, debería saber que la laicidad no es patrimonio del PCE, contradiciéndose al afirmar que muchos de estos han salido en procesiones solemnes por las calles de Sanlúcar, lo que para este  caballero era más una señal de hipocresía contraria a sus principios laicos, así que podría entonces hacerse extensiva a los actuales gobernantes socialistas y al resto de la corporación, que conocedores de esta aconfesionalidad del estado español han lucido palmito, sin renunciar a sus cargos públicos, para pasear junto a la Patrona por las calles de nuestra ciudad.

Sin embargo, no creemos que ni unos (PSOE)  ni otros (PCE) hayan hecho, en el empeño de sus responsabilidades, nada contrario a la Iglesia o los cristianos de esta ciudad. Todo lo contrario, se ha ayudado, protegido, o defendido cualquier evento relacionado con la vida cofrade, el patrimonio histórico de la Iglesia en Sanlúcar y su difusión, además de  la defensa de las fiestas lúdicas religiosas como el embarque en Bajo de Guía para El Rocio, a la que en un Pleno reciente una propuesta del PA fue aprobada por unanimidad, instando al gobierno de la nación para que sea declarada de interés turístico internacional. Todo, con cuantiosas y jugosas ayudas económicas salidas del bolsillo de todos los sanluqueños o provenientes de otras administraciones públicas.

Las afirmaciones retrógradas y trasnochadas de estos individuos, los dislates  y mentiras vertidas delante de una cámara animan a la ciudadanía a separarse cada vez más, de  fatto, de los que aún creen tener el derecho de dirigir nuestras vidas desde un púlpito despreciando e ignorando el valor de los votos y de nuestra más reciente Historia, porque su moral es pretendida y pretenciosamente superior que la de aquellos que tienen que legislar, pigmentándose del mismo prurito impune para bendecir pelotones de ejecución, quemar herejes, asesinar judios, u obligar a retractarse a científicos, que los hicieron tan poderosos e influyentes hasta hace unas decadas.