A pesar de que te visiten cuestiones vitales, no hay que perder la ilusión.

Fernando Hernández. Cuando vienen a visitarte cuestiones vitales, es cuando te das cuenta que la vida tiene un punto de partida y de final, y cuando el camino que tenemos que recorrer solo o en compañía, se puede llenar de dificultades físicas o mentales,  y así algunos nos  resignamos  y algunos nos  rebelamos. Cuando tienes este tipo de visitas, uno puede rebelarse consigo mismo, o nos arrepentimos de no haber ayudado más a los demás, en vez de ayudarnos solo a nosotros mismos, y también, de quedarnos como estamos y no perder lo que tenemos.

Quizás ocurra que la sociedad ha cambiado tanto que los rebeldes de hoy  no son ya los jóvenes (como años 60), sino que son los maduros, a partir de 50, los que parecen  que ahora se rebelan, puede que sea porque ven más cerca el punto de destino, y parece que te vuelves más comprometido socialmente, parece que tienes más prisas para que las cosas cambien.

Son estos momentos muy duros, los que estamos pasando por la crisis, debido  fundamentalmente a la hegemonía que el poder económico ha tenido y tiene,  sobre el poder político, donde ha primado el capital sobre el trabajo, y la presión económica se ha impuesto a la política, y al bienestar de la mayoría de los ciudadanos. En esta crisis global, el poder político ha dejado de hacer una de sus funciones fundamentales que es la de legislar y regular, en este caso al poder económico y ha dejado a este, la libertad de autorregularse, y de regularnos, y nos ha llevado a la situación en la que estamos.

Trasladando esta idea de lo global a lo local, creo que esta ciudad le pasa algo parecido, salvando las distancias. No solo en esta legislatura, sino en todas, pasadas y presente, de distinta ideología y gobernadas por distintos partidos políticos.

Es curioso observar, como alrededor de todos los gobernantes que pasan por este Ayuntamiento, siempre en la cercanía, están los mismos. Los mismos empresarios, los mismos profesionales, los mismos grupos de presión, hablo en sentido económico, no social; y eso lo que nos demuestra es que en esta ciudad no se puede ejercer una autentica, podíamos decir: “independencia política para decidir”. Hay que contar esta especie de “lobby” o grupo de poder económico, para sacar proyectos adelante. Las causas pueden ser muy diversas: dificultades económicas de la institución, falta de imaginación, falta de trabajo, incapacidad, no gestionar bien los recursos humanos y económicos, y otras muchas.

Pero quiero ilusionarme con que cada vez más cerca de llegar al punto final de la vida que a cada uno le toca vivir, pueda percatarme, de que no haga falta que sean nuestros gobernante los que tengan que levantar el teléfono dos o tres veces al mes para que estos “lobby” nos tengan que solucionar los problemas de nuestro Ayuntamiento. Que no sean ellos, los del dinero, los que decidan. Ellos, que tienen capacidad de esperar para cobrar, y que meten altos intereses en sus facturas; y que tampoco sean ellos,  los que digan que se tiene que planificar e iniciar, y como tiene que ser nuestra ciudad.

Ilusión y esperanza, para que dejen de existir puertas traseras para ellos, y que no necesiten citas para ser recibidos, y sobre todo, para que cobren lo justo por hacer una obra, un trabajo o una gestión. Y así, nuestros representantes políticos se dediquen a arreglar los problemas cotidianos de los ciudadanos. Y que estos señores, se presenten a los proyectos que el Ayuntamiento quiera hacer, enterándose por el “Tablón de Anuncios”, y concurriendo con otros, y no por que las necesidades económicas marquen a nuestros representantes el tener que buscar a alguien como sea.

Es una ilusión, y quizás cuando esto ocurra, cuando podamos tener ese indicador para evaluar, nuestros representantes políticos puedan ser independientes política y económicamente hablando, y puedan tomar la iniciativa para hacer la ciudad que querían hacer cuando se presentan a las elecciones, y sobre todo, para realizar las funciones para lo que son elegidos: gestionar bien los recursos, optimizarlos y hacernos la vida más fácil y agradable. Pero mientras que las dificultades económicas municipales sean las mismas, estos grupos económicos serán los que nos marquen el camino, los de siempre, algunos desde hace más de veinte años.

Me decía un amigo que se había comprado una casa de segunda mano, y que estaba para habitarla inmediatamente, pero tenía que hacer una pequeña obra que consideraba esencial, cambiar la tasa del water, por cuestiones “higiénicas”.