Los jóvenes tienen que reivindicar y participar, en la parte que les toca, en la solución de sus problemas, de la mano de las instituciones públicas y las organizaciones políticas o sociales, con los mecanismos que la democracia les ofrece.

Fernando Hernández. Los jóvenes son un sector social que se siente incomprendidos por parte de la sociedad, que solo destaca sus aspectos negativos, compararlos con otras generaciones pasadas,  obviando que los cambios sociales tienden a una realidad diferente, que implica nuevas inquietudes y que se guían por otros parámetros de comportamiento.

Ha sido muy interesante leer un estudio que cada cuatro años publica el Instituto de la Juventud de España. El cual, indica que la mayoría de los jóvenes tienen profundos valores democráticos, que están sensibilizados contra los desequilibrios sociales y preocupados por el medio ambiente. Pero al mismo tiempo, aunque en menor medida, también empieza haber un sector más reaccionario, favorable a la pena de muerte, con cierto rechazo a la multiculturalidad, al aborto o al derecho a una muerte digna. Muy ligados a la jerarquía eclesiástica y apoyados por la estrategia de evangelización del Vaticano hacia los jóvenes.

Ante esta perspectiva, la izquierda tiene un gran reto por delante de “más atención” a la juventud, impulsando un debate sobre la profundización  de la democracia, basado en la participación y el fomento de asociacionismo, cuyo objetivo sea despertar un mayor interés por lo colectivo y por la desafección hacia la política, especialmente para que  se sientan más predispuestos a asumir compromisos políticos o sociales, y encuentren una vía de solución cercana, responsable y participativa a sus problemas.  

Aunque ya existen avances en este sentido, por ejemplo, como las páginas Web, los cyber de voluntarios, los blogs de jóvenes representantes institucionales, es necesario impulsar más mecanismos hacia la participación, la movilización y el acercamiento de los jóvenes a las organizaciones políticas o sociales. Es necesario impulsar esta participación, ya que los jóvenes tienen mucho que aportar y espacio para hacerlo. Profundizar en la participación, de aquellos que quieran implicarse, incluso en la conformación de propuestas electorales, los demócratas americanos, con Obama, nos han ofrecido un ejemplo valioso en este sentido.

Debemos conseguir que los jóvenes perciban que su implicación activa sirve para contribuir a la resolución de sus problemas comunes y al interés general, y que sus aportaciones son necesarias. La izquierda tiene que contar entre sus prioridades, con una mayor atención a este colectivo, para luchar contra la desafección hacia la política, los políticos y la participación social, porque ello contribuirá a mejorar nuestro sistema democrático.

Por que está demostrado que en aquellos territorios donde hay una estructura asociativa más fuerte es donde generalmente la izquierda obtiene unos mayores resultados electorales. Pero sobre todo, debe hacerse por una razón, porque es una parte esencial de  principios de la izquierda, favorecer una sociedad crítica y participativa.