Otra nueva manifestación fundamentalista de la Iglesia Católica ante la revisión del aborto, apoyada por el PP.

 Fernando Hernández.-Durante los ocho años del gobierno del PP se provocaron en España más de medio millón de abortos, lejos de manifestaciones callejeras, la Iglesia se mantuvo callada. Y ahora, con un gobierno socialista se muestran agitados por el derecho a la vida, y pretende poner de actualidad el aborto que ya zanjó el Tribunal Constitucional hace veinticinco años. 

Quizás lo que verdaderamente le preocupa a  esta Iglesia, entre otras cosas, es que ven demasiado cerca el fin del “negocio”, que no se sustentan en un país donde la Constitución proclama que somos un  estado aconfesional.  

La Iglesia y el PP se muestran ahora defensores de la vida, pero durante el gobierno de Aznar se tomaron amnésicos ante el aborto y la matanza de Irak. La Iglesia se opone al aborto, se opone a la educación sexual en las escuelas, se opone al uso del anticonceptivo, ellos prefieren la abstinencia sexual o la natalidad desaforada para pasar a un aborto sórdido y clandestino.

La Iglesia está ejerciendo un papel que no le corresponde, quiere ejercer una función política, con el apoyo de la derecha, intentando asustar al ciudadano, atemorizarlo y amañar su pensamiento. No veo a la Iglesia hacer manifestaciones contra el hambre o contra la guerra, no sé porque lo hace con algo tan personal.  

La Ley reconoce un derecho, el derecho a abortar y estará ahí para quién lo quiera utilizar, pero de ninguna manera obliga a abortar a quién no lo desee o a quien sus creencias religiosas no se lo permita. Los que rechazan esta ley basándose en la defensa de la vida y los derechos humanos, deberían defender con el mismo ímpetu, a los niños mendigos o a los que se mueren de hambre en diversos países del mundo.  

La maternidad es muy importante y no se puede dejar al azar de un descuido o de una violación.