En fin, que, desde que se anunciara un denominado por la concejalía de cultura Festival de Teatro de Otoño, ando recorriendo insomne las calles del pueblo con el vano intento de recuperar mi cara caída de vergüenza, sabe Dios dondeJota Siroco.-A mi no me gusta meterme con los socialistas porque para eso hay muchos que no lo hacen mal del todo… y si no me gusta meterme con los socialistas, menos aún me gusta meterme con los viejos cómicos lampantes que, en su imparable viaje a ninguna parte, se ven en la necesidad de ofertar un “festival” como con el que nos amenazan, y cuando digo “cómicos” me refiero a los actores y no a algunos políticos/as que pueden sentirse ofendidos con esta palabra.
En fin, que, desde que se anunciara un denominado por la concejalía de cultura Festival de Teatro de Otoño, ando recorriendo insomne las calles del pueblo con el vano intento de recuperar mi cara caída de vergüenza, sabe Dios donde. ¿Será posible que una Delegación de Cultura dirigida por una miembra del Partido Socialista ofrezca al pueblo títulos como: “¡Mamma!¿qué será lo que tiene Antonio!”, “Los pecados de una chica casi decente”, “Préstame a tu mujer” (su título original “Préstame a tu mujer, Pepe”) o “Que viene mi marido” y se quede tan pancha? ¿Es que no hay en toda Andalucía, en toda España, compañías o grupos de teatro de ahora y de mañana? ¿Autores comprometidos con la vida?. Este festival es una vergüenza para el teatro, para Sanlúcar y una exhibición del más rancio reaccionarismo cultural. Para que tu me entiendas, Mariuca, esto es como si alguien organizara un festival de cante jondo y ofreciera cinco noches con Manolo Escobar. Yo creo que a ti, que “evidentemente” amas el Flamenco, se te caería también la cara de vergüenza y andarías conmigo buscándola por la calle La Plata. Estoy seguro que se llenará la Merced y todos los que habeis tenido alguna responsabilidad voluntaria en este desastre acabareis muy contentos por aquello de las estadísticas, estoy convencido de que los excursionistas del Imserso (¡qué falta de respeto para su inteligencia!) pasarán una buena tarde y hasta recordarán cuando vieron estas obras el día de su ya lejano estreno, confío en que diréis que no le ha costado ni una peseta al erario público, ¡hasta ahí podíamos llegar! pero habréis perdido una excelente oportunidad de haber traido TEATRO a Sanlúcar. Si "el carro" de Manolo no es flamenco, la pornografía no es amor, unos versos rimados no son poesía, un escenario lleno de gente tampoco es teatro. Nota: Al final resulta que sí le va a costar dinero al erario público, ¡como están las cosas!, algo así como 20.000 euros... usted me dirá
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