Creo que como ciudadano tengo la libertad y el derecho de opinar, e incluso el derecho a equivocarme.Fernando Hernández. Parece que mi colaboración correspondiente al pasado sábado día 13, ha molestado muchísimo a los miembros de la asociación que lleva a cabo la construcción de una nueva Residencia de la Tercera Edad en esta ciudad. Así, me lo transmitieron varios de sus miembros en una reunión que tuve con ellos el pasado lunes. La idea que quería transmitir, en mi colaboración en este medio digital, era la del compromiso social. En el segundo párrafo hacía una metáfora, quizás una hipérbole, en modo alguno una definición, ni un insulto, no habido en mi animo voluntad de tal cosa.
La verdad que en esa reunión me sentí cohibido, y a fuerza de serles sincero, quiero decirles que lo que tenía escrito, hasta hace pocos minutos, difiere de lo que al final estoy escribiendo, donde aparecían palabras, entre otras, como rectificar, es decir, modificar mi opinión.. Pero tuve la idea de enviarlo a un amigo para ver que pensaba, conocedor de lo que había pasado. Y me respondió con un mensaje muy escueto: “no lo comprendo, pero lo respeto”. Este mensaje me ha hecho reflexionar y preguntarme: modificar mi opinión. ¿Por qué? Pido disculpas por utilizar los términos “alter ego benéfico”, porque creo que es una expresión que puede molestar en lo personal, y por eso lo retiro, y pido indulgencia por ello. Del mismo modo, ellos en esa reunión, me trasladan que el Ayuntamiento les ha “comunicado” que no hay un euro para este proyecto, reconozco desconocía ese dato. Creo haber formado solo una opinión, que como ciudadano tengo derecho, así como libertad de criterio, e incluso el derecho a equivocarme. Estoy seguro que lo entenderéis en vuestra asociación, porque todos perseguimos los mismos fines: una sociedad más igualitaria y solidaria. Quizás por medios y caminos distintos. Insisto, mi intención era de concienciar hacia el compromiso social. Aún reconociendo, que en esta ciudad, hay un puñado de hombres y mujeres que son inmunes al desaliento y siguen trabajando por conseguir una ciudad mejor y más solidaria, pese al sacrificio que les comporta: familia, ocio, sinsabores, etcétera. La intención era motivar para que día a día, en los colegios, en las barridas, en las asociaciones, en los partidos políticos, seamos muchos, y más participativos y solidarios. Y a la presidenta de la asociación decirle, que la vida me ha enseñado a que hay que perdonar mucho, pero nunca esperar perdón. Les reitero, a ella -y a los demás miembros de la asociación- mis disculpas, si les ha afectado en lo personal. No espero las suyas, en lo referente a lo profesional y personal que comentó en dicha reunión sobre mí, ya las tiene de antemano. Y a mi amigo, gracias.
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