Hace años una amiga alemana de Alhaurín de la Torre, que al igual que yo formaba parte de la Plataforma en defensa de la sierra alhaurina (PDSS), me decía que en su país existían la mitad de las leyes que en España, con la diferencia que allí sí se cumplían.

Pepe Fernández.-No siendo suficientes éstas, necesitamos en las ciudades, normativas u ordenanzas para reglar nuestra vida, normas para el usufructo del mobiliario o inmobiliario urbano, el decoro, la higiene, el tráfico rodado, y un largo etcétera que que aunque sean de sentido común no son suficientes ante la pertinaz y contundente salida de tono del cafre de turno:  “Lo hago por se me pone en los mismísimos...”
La peatonalización de la calle Ancha hizo levantar ampollas a muchos ciudadanos y comerciantes que desde el principio se negaron a que cambiara el status quo de la céntrica calle, e igualmente ocurrió con el aparcamiento de la Calzada. Sin entrar en polémicas sobre lo acertado  o no de dichas medidas en su momento, hoy no creo que exista un sanluqueño que ponga en duda lo acertado de esas dos decisiones que han transformado las relaciones de los sanluqueños con su ciudad, amén del beneficio económico que ha reportado el cambio para la mayoría de los que se mostraron muy reacios. 

Nunca la calle Ancha estuvo tan animada, nunca se disfrutó como ahora su paseo, nunca un café supo mejor a los sanluqueños   solazándose en cualquier cafetería mientras  disfrutan del tranquilo callejeo de sus congeneres, de niños “abandonados” y padres relajados, que no negligentes, en sosegada vigilia por sus infantes, trajín de patines, patinetes  y bicicletas de pausados y lentos movimientos, alegres conversaciones en los inesperados encuentros de familiares y amigos, corros animados, placenteros bancos de obligadas paradas para piernas cansadas, variopintas luces de alumbrado público, con neones publicitarios o particulares negocios, repletas terrazas de cafés con un bullicio nunca visto, y otras vivencias que se me escapan.

Lugar donde los haya, para encuentros, animada charla, mentidero de Sanlucar, foro de la ciudad, centro por excelencia.Sin embargo, algunos siguen sin respetar las mínimas normas impuestas por el consistorio, que desconoce, a la vista de lo que sucede realmente, que se sigue circulando por dicha calle más allá de la hora permitida para cargas y descargas.Fue una grata  conversación telefónica, de este viandante, interrumpida cuando por su flanco se vio sorteado por una furgoneta con acopio de leche para una conocida cafetería.

Apenas salido del susto y cuando me disponía a seguir la conversación, un sexto sentido me hizo girar la cabeza y observar como a un metro de mi persona, dos toneladas largas de acero esperaba mi desplazamiento a un lado de la calle para seguir su camino.Ante tanto desasosiego, encojo el hombro y señalo mi reloj para que el fornido chofer me dé una respuesta, que me devuelve con aspavientos para decir que él tiene autorización para circular cuando le plazca por esta calle.

Las tres toneladas de coche, su pistola y su chulería, le dan el valor añadido y la  autosuficiencia de matón  a la que se habitúan cada vez más estos asalariados de la seguridad privada, por lo que inevitablemente siguió su camino hasta el banco más cercano, que al parecer si tiene el privilegio de usar la calle para recibir ese servicio.Al fin y al cabo es  un banco, y si ganan lo indecible, se gastan el dinero público como quieren, han dejado nuestra economía como unos zorros, se han marchado de rositas ¿ Cómo van a permitir que se corte una calle que les impida sacar o llevar su dinero cuando quieran?

PD.- A una pregunta por correo electrónico, este ciudadano no ha recibido ninguna respuesta de la delegación de tráfico para que confirmaran o negaran si algunos colectivos o particulares están exentos de cumplir sine die el horario de carga y descarga, o bien tienen la autorización administrativa para hacerlo puntualmente por motivos coyunturales.