En estas últimas elecciones, a Izquierda Unida solo le dieron los sanluqueños un concejal, y aunque solo unos trescientos votos faltaron para los dos ediles, lo que queda en la mente de todos es que IU bajó el 50%. Los números y la ley del más fuerte, es decir la ley de Hom, cuentan.Confieso que en esos trescientos votos que faltaron, no se contabilizó el mío y confieso también la sensación de tristeza que me produce ese resultado final de las urnas.

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Dos millones de pesetas, dicen, gastó IU en estas elecciones. Visto lo visto, es fácil hacer los cálculos para averiguar cuanto se gastó AS, CIS, PA; PP y PSOE. Así de proporcional son los votos de los sanluqueños cuando van a votar. Algunos dicen que IU trabajó poco, que no estuvo presente en las calles y que no se pateó las barriadas.

 

Fuere lo que fuere, IU está a punto de desaparecer de la escena política sanluqueña, para quedar relegados al recuerdo de los años pasados, cuando al Ayuntamiento se entraba con el puño cerrado y se asumieron responsabilidades de gobierno, hasta que una pinza – ya la inventaron ellos antes- los dejó en la oposición.

 

Es verdad que todas las revoluciones, la transición pacífica de España lo fue, se comen a sus hijos como Saturno. Y aunque también el ave Fénix resucitó de sus cenizas, es muy improbable que IU levante ese vuelo que, aquí en Sanlúcar y en España, le impide levantar la hoz y el martillo, espada de Damocles pendiendo de un hilo, en la cabeza de todos aquellos que se refugian en su pasado para no renunciar a los escasos resortes de poder que aun les quedan.