Así sí, señor Zapatero

Pepe Fernández.-Las medidas adoptadas por el gobierno de España  para recaudar más de quienes más tienen, no sólo aumentarán favorablemente la distancia en intención de votos del PSOE con respecto al mayor partido de la oposición, sino que se congratularán todos los que hasta ahora han visto peligrar el estado del bienestar con la jibarización de los presuestos del estado y por ende la reducción del gasto público en pensiones, funcionarado y otros.

Algunos críticos y especialistas financieros dicen  con sorna que los economistas solo son capaces de predecir el pasado, pero otros muchos nos resistimos a estos chistes de mal gusto, pues la ciudadanía, mucho antes de que esto estallara en mil pedazos, recibía los mensajes, tanto de economistas como de políticos y otras organizaciones, que la burbuja explotaría muy pronto.

El flujo de dinero público destinado a la banca y a los Planes E no han sido suficientes para calmar los ánimos en los mercados financieros internacionales, ni en el FMI, ni en Bruselas, por lo que la desconfianza nos inmoviliza, más si cabe, en ese grupo de países ( P.I.G.S )  en alusión a Portugal, Irlanda, Grecia y España a los que los inversores temen más que una vara verde, aunque otros como Inglaterra e Italia podrían sumarse al grupo en cualquier momento. Quien tenga nociones del idioma de Shakespeare  comprobará que el acrónimo no es muy agradable (cerdo).

A pesar de las voces críticas y agoreras que nos sitúan como país al borde de la banca rota, el  PSOE tiene aún, según otros, margen de maniobra para solucionar un problema irresoluto con las políticas keynesianas, que si bien fueron muy acertadas en el siglo pasado, en esta crisis sólo han contribuido a comprar la paz social con los famosos planes estatales de inversión local.

Todos los técnicos afirman que con una política fiscal adecuada aplicada a  las rentas más altas, la persecución del fraude fiscal producido por la economía sumergida y una mejor regulación de las entidades bancarias y el sistema financiero, podríamos salir del túnel aunque sea a oscuras. ( La refundación del capitalismo ya se descartó por la mayoría de estos países cuando empezaron los problemas financieros  y de liquidez globales )

Zapatero y su gobierno sigue siendo esclavo de la banca, el FMI y los mercados, pero tiene la mayor fuerza que un demócrata pueda sentir: 11.064.524  votos que los españoles le confiaron en el 2008 para que ahora pueda subsanar todas nuestras cuitas y ejercer de progresistas.

El sacrificio es inevitable, pero debe de ser directamente proporcional a las rentas de cada uno. La  tarea tiene que comenzar ya mismo si es que el partido de Pablo Iglesias quiere llegar al 2012 con buenas sensaciones.

Con la adopción de éstas medidas encaminadas a gravar las rentas más altas, exigidas por el ala más izquierdista de este partido, el PSOE apuntala su ideología, pero sobre todo puede dar un respiro a muchos españoles que  todavía sueñan con la utopía, que al fin y al cabo, como decía Alfonso Guerra, es sólo una verdad prematura.