En las municipales del 2007, en Sanlúcar,  una estrella política emergió en una ciudad desilusionada y hastiada de sus munícipes.

Que la figura de un líder, cualquiera que sea el estamento de la sociedad del que hablemos, influye determinantemente en los resultados del grupo social que se forma entorno a él al dirigirlo de forma coherente y cohesivamente, es algo por todos sabido por la cantidad de ejemplos que la historia y la vida misma nos muestra todos los días.
El carisma, su formación intelectual o profesional, su empatía, sus dotes de comunicación, su ética, su integridad, su preocupación por el bienestar de su grupo y hasta su imagen, le dotará de las herramientas necesarias para que  sus postulados sean aceptados por sus seguidores en sus teatros de actuación.

En las municipales del 2007, en Sanlúcar,  una estrella política emergió en una ciudad desilusionada y hastiada de sus munícipes.

Contra todo pronóstico Irene García ganó abrumadoramente las elecciones con su refulgente liderazgo y el  hastío de los sanluqueños con sus adversarios políticos.Sin embargo, desconocemos la vida media de ese astro que brilló con luz  propia en el 2007 y que, cual enana blanca, pudiera explotar, agregando sus despojos estelares a  una  nebulosa “política” de la que a la vez nacerá otro astro que alumbrará Sanlúcar en mayo de  2011.

Los astrónomos vaticinan que seguirá luciendo, pero en un universo  caótico las mejores predicciones pueden dar al traste los mejores augurios, y si no que se lo pregunten al Partido Popular.

A Irene García la están eclipsando, su mandato, problemas exógenos a los que su competencia como administradora pública del ente corporativo más cercano a los ciudadanos no llega, cierto, pero la oposición sanluqueña tampoco puede banalizar la situación económica actual acusándola de abrir la caja de Pandora y extender todos los males habidos y por haber a la ciudadanía sanluqueña.

Otros eclipses menores, como su alejamiento del pueblo, el trato discriminatorio a determinados grupos sociales o culturales con respeto a otros, el ninguneo al que somete a la oposición en asuntos puntuales, pero importantes, o pasar esa frágil línea que separa los asuntos institucionales de los personales, sí son subsanables, si quiere revalidar su presencia en la Cuesta de Belén dentro de un año escaso, con el permiso de un Partido Popular renovado y ambicioso que está poniendo todo su empeño en recuperar la alcaldía de Sanlúcar y un Partido Andalucista, que predice, que no será el convidado de piedra en los próximos comicios municipales.Ahora, que hable Cronos. Pepe Fernández