Parece que a cierto “desarticulista” le molesta en demasía que haya llegado el verano a nuestra ciudad: le molestan nuestras fiestas y tradiciones “rancias”, que nos visiten “los miarmas”, los niños que juegan en la playa y un sinfín de contratiempos que tiene que soportar este hombre en la Sanlúcar de las tres pes, por cierto frase muy manida y que, esta sí, atufa a rancio por los cuatro costados

Daniel Vargas Palacios.-A ver si es verdad que este señor nos libra de su presencia no sólo un verano, sino para solaz y disfrute de la mayoría de la población, el otoño, el invierno, la primavera y otro verano … y así, con este personajillo metido hasta el corvejón en un bucle en el espacio-tiempo, podemos por fin disfrutar de nuestra Sanlúcar sin tener esa molesta cantilena de la chicharra que, a semejanza de la cigarra del cuento, sigue cantando y danzando mientras los demás tratamos de llevar el barco a buen puerto.

Señor “desarticulista”, por favor, deje ya de una vez de insultar de forma más o menos velada a esas imágenes que mal que le pese forman parte de la historia de esta ciudad y de sus propios habitantes; deje ya de una vez de denostar todas nuestras tradiciones y costumbres, todas nuestras fiestas y nuestro folklore particular; deja ya, aunque sólo sea para variar un poco, de anteponer al bienestar de todos los sanluqueños  eso que demuestra usando esa torpe retórica que recoge su egocéntrico discursito trasnochado en el que da rienda suelta a todas sus frustraciones, dejando patente el “pa ti las papa y pa mí el bisté” del quiero y no puedo …

 

No sé si usted tendrá conocimiento de los que a continuación le explico, pero resulta que esos “miarmas” que con tanta alegría desprecia son los responsables indirectos de que muchos sanluqueños encuentren ese tan ansiado trabajo estival en nuestros chiringuitos que tan malos le parecen a usted, así como trabajando en la limpieza de playas, en las empresas que surten a la hostelería y en todo un batiburrillo de trabajos que puede que usted, trabajador insigne de este consistorio nuestro del que tanto critica pero en el que no presenta Vd. su dimisión, no tenga noción.

 

En fin, felices vacaciones (si ese término es el correcto) y no se de prisa en volver, que aquí puede estar seguro que la mayoría que lo echa de más a lo largo del año no lo echará de menos unos cuantos meses.