Esto no puede seguir así, de esta manera Sanlúcar nunca despegará en su oferta turística por muchas páginas Web que se diseñen y por muchas estrellitas que se anuncien.

Dolores Romero.-Vaya por donde vaya por nuestra “bonita y querida” ciudad, como gusta decir algún concejal, hables con quien hables, enseguida sale a relucir lo sucia y descuidada que está Sanlúcar. Si ante un grupo de foráneos pones atención, seguro que sale a relucir, mas pronto que tarde, la suciedad de calles y plazas.
A la falta de limpieza secular hay que añadir la que provoca la ausencia de tratamiento a los naranjos infectados de la mangla ocasiona que el goteo grasiento que desprenden las hojas pongan las aceras negras alrededor de los árboles  y pegajosas que dan grima. Igualmente pasa cuando las flores de las Jacarandas caen y no son barridas a tiempo, poniendo las aceras igualmente negras, además del fuerte y desagradable olor que desprenden. Los contenedores de basuras no son limpiados con agua ni por asomo y el pasar cerca de algunos de ellos solo es para olfatos y estómagos a prueba de bombas.

Es cierto que en nuestra ciudad hay una falta de cultura cívica y si no está limpia es por que se ensucia demasiado y, también, porque una limpieza eficaz brilla por su ausencia. Tirar cualquier envoltorio o papel al suelo, permitir que los perritos defequen en medio de la acera sin la consiguiente recogida por parte del dueño, son constantes en la vida cotidiana. Hace falta, por tanto, un plan de concienciación serio y eficaz dirigidos a particulares como a comercios, que muchos comerciantes no tiene el menor miramiento en limpiar aquello que ensucian. 

 

Es la realidad, nuestra ciudad lleva un buen número de años sumida en una falta de limpieza pública y equipo de gobierno tras equipo de gobierno no dan o no saben como atajar el problema, ya endémico. Otras ciudades se lo tomaron en serio y  plantearon el problema con la seriedad que se requiere y encontraron, además con la complicidad necesaria de la población, la solución para dicho mal. En esta vida, todo esta inventado, solo hay que mirar y ver como otros municipios con igual problemática han solucionado este problema y ahora lucen y son ejemplo de limpieza.
 
Podría en estas líneas trazar un itinerario, a modo de ejemplo, en el que se puede observar esa suciedad, pero no hace falta: desde el propio centro hasta la más alejada de nuestras barriadas adolece de una buena limpieza de nuestras calles que dé la verdadera imagen de ciudad acogedora y digna de ser visitada. Pero no me resisto, a modo de muestra basta un botón. Para aquel sanluqueño que quiera apreciar la verdadera dimensión de la falta limpieza viaria de Sanlúcar, que se dé un paseo por la calle Hermano Fermín confluencia con la Calzada. Además del nauseabundo hedor a excremento y orín de caballo, hay que añadir una proliferación de moscas de todos los tamaños y colores. Año tras año, en este tramo de calle, puro centro por donde cualquier visitante tiene que pasar, allí está la entrada al parking, se estacionan un número determinado de coches de caballos. Solo y solamente solo a un descerebrado se le ocurre duplicar este año el número de licencias de coches de caballos para estacionar en dicha calle. La cola de coches de caballos llega hasta donde se encuentra los automóviles aparcados, poniéndose en doble fila, ocasionando un conflicto entre estos y aquellos. Ni que decir tiene el desbarajuste que se ocasiona en el tráfico.

La imagen es desalentadora: aguantar un atasco considerable para poder acceder al parking con un hedor insoportable, no es, ni debe ser la mejor de las primeras impresiones que debe recibir un visitante. Apenas unos metros de allí se han celebrado el festival de flamenco “Noches de bajo Guía”, así como otras actuaciones musicales, todas ellas con un lamentable, hablando en plata, olor a mierda de caballo.
No tengo nada en contra de los señores propietarios de los coches de caballos y tiene todo el derecho de ganarse su jornal lo más dignamente posible, solo estimo que ese no es ni debe ser el mejor emplazamiento para dicho estacionamiento, sino que se lo pregunten a los propietarios del bar que se encuentra en la acera de enfrente.
 
Señora Alcadesa, Sr. Marin si encuentran un hueco entre sarao y sarao y sus estados de nerviosismo se lo permiten, les ruego que se pasen por allí y comprueben lo que les digo y si tienen estomago tómense una cervecita con tapa en dicho bar.
 
Esto no puede seguir así, de esta manera Sanlúcar nunca despegará en su oferta turística por muchas páginas Web que se diseñen y por muchas estrellitas que se anuncien.