"La política no debe ni puede acabar con la historia de un pueblo, será un error no conservar lo que marca nuestras diferencias, no se trata solo de  proteger el Mercado, la Casa Arizón o Maternidad, sino simplemente se debe de  mantener una idea arquitectónica general que siempre será mejor que la de un pueblo nuevo y sin historia."

  Anoche al entrar por nuestra localidad, me pareció que volvía a pasear por las tristes y solitarias calles de dicha localidad, aunque todo hay que decirlo, fue una simple suposición de un denominémoslo como síndrome posvacacional.

    Imaginen ustedes la escena. Sanlúcar se había convertido en un escenario emblemático del Peperismo, parte del pueblo había declarado la guerra, pero estos resistieron el asedio hasta el 27 de mayo. Una oposición sublevada al frente de la simpar Irene tomó el pueblo.

   Nuestra insigne gobernadora quiso en un primer momento mantener intacta nuestra vieja localidad, aun recordamos el encadenamiento frente a Arizón, pero por avatares del destino o más bien víctima de la desinformación, nos va a legar un pueblo nuevo, homogéneo, sobrio y de casas clónicas.

   Ahora que la singularidad de nuestra localidad está desapareciendo, debido sobre todo al desgaste y al abuso de las constructoras, deberíamos de plantearnos el conocer la otra parte de la historia. No debemos de permitir que se silencien la voz de Gerión que grita pidiendo un pequeño cambio en el modelo de ciudad. No podemos permitir que la singularidad de nuestro pueblo se pierda y que solamente acabe perviviendo en la memoria de los más mayores.

    La política no debe ni puede acabar con la historia de un pueblo, será un error no conservar lo que marca nuestras diferencias, no se trata solo de  proteger el Mercado, la Casa Arizón o Maternidad, sino simplemente se debe de  mantener una idea arquitectónica general que siempre será mejor que la de un pueblo nuevo y sin historia.

   Esperemos que la historia de nuestro pueblo no acabe como la de Belchite, perdida entre las brumas. Todo político intenta tergiversar la historia, algunos hasta tienen escasa memoria y olvidan el pasado, pero siempre podremos apelar al rigor histórico para restituir la verdad evidente.

    Dentro de unos meses todos los políticos que nos desgobiernan, y digo todos, comenzarán una campaña de amnesia sistemática y de tergiversación, pero por fortuna aun quedamos personas que recordamos todo lo que ha sucedido.

   Menos mal que todo fue una suposición pasajera y por fortuna Sanlúcar no será Belchite o eso creo, aunque aun tengamos que vivir otra cruenta batalla política.

   Para finalizar espero que la política no acabe siendo como la guerra, un medio de comprobar que el ser humano sigue siendo inhumano.