Cuando después de cuatro años sigue  conculcándose el derecho al descanso de unos vecinos que tienen el santo “privilegio” de vivir en las zonas aledañas al parque Scouts (trasera Supersol).

José Luis González García.-Cuando después de un lustro, las autoridades no han sido capaces de impedir que las ordenanzas municipales y leyes superiores sobre la ingesta de bebidas alcohólicas en la vía pública sean cumplidas.

 Los vecinos, entre los que se encuentran ancianos y bebés, nos vemos impotentes ante esta coyuntura. No tenemos autoridad administrativa, ni ejecutiva, ni policial. Pero si tenemos autoridad moral y personal y por supuesto, nos asiste todo el derecho como contribuyentes y ciudadanos, para denunciar un hecho que condiciona gravemente nuestras vidas y afecta seriamente a nuestra salud y a la de nuestras familias.

 Necesitamos que los políticos se impliquen de una vez por todas en el tema, tanto los que ostentan ahora el poder, como los que pueden llegar a tenerlo.  Si los encargados de velar por nuestros derechos fundamentales no saben o no quieren intervenir, deben dejar paso a quien sí este capacitado  o simplemente quiera  coger el toro por los cuernos. Aquí será bien recibido quien aporte soluciones. Tanto del gobierno actual de la ciudad, como de la oposición.

 

Nuestras calles ofrecen todos los fines de semana, la misma escena después de cada bacanal etílica.Los hijos del botellón dejan su firma allá donde se congregan. Mean, gritan, defecan, vomitan,las botellas se hacen añicos contra el suelo o se estrellan contra nuestras viviendas……las farolas y papeleras  del parque son objeto de tiro al blanco.. Un domingo si, y otro también, amanece  el recinto convertido en un estercolero. ¿Dónde esta el delegado de Seguridad Ciudadana? ¿Dónde, el Delegado de Juventud? .¿ En que sociedad vivimos que los ciudadanos tenemos que escondernos pusilánimes tras cuatro paredes, esperando que unos individuos ebrios  terminen de arrojar vasos y botellas contra nuestras viviendas o griten extemporáneamente a las cuatro de la mañana a dos metros de tu dormitorio?.

 

Antes –según los expertos, los jóvenes bebían como modo de relacionarse, de pasárselo bien en un entorno festivo de amigos. Ahora el objeto de la reunión es beber de un modo casi compulsivo, con el propósito deliberado de coger una cogorza semanalmente.

Hoy el alcohol se ha convertido en el  núcleo central del ocio, cuando antes era simple y llanamente  un compañero en el ocio.

 

Los jóvenes tienen derecho a divertirse, pero su derecho a la diversión choca frontalmente contra uno superior, que es  el del resto de ciudadanos a dormir y descansar .

¿A que esperan nuestros políticos  a intervenir y dar una solución definitiva al problema? ¿Cuántas veces más tendremos que seguir llamando a la policía?. ¿Cuándo nuestros hijos pequeños y nuestros ancianos podrán dormir sin sobresaltos?.