José Luís Rodríguez está ilusionado
José Villegas .-Los vaticinios se van cumpliendo y desde las primarias socialistas en Madrid por marcar un precedente se van sucediendo movimientos que confirman la teoría del cambio revulsivo que debe tomar el partido socialista, donde hace poco hice referencia en al artículo “La herida teñida de Z” (1).
Se han sucedido declaracionesde dirigentes socialistas en contra del gobierno, por no entender ciertas decisiones o la forma de actuar, el señor Barreda llego a afirmar que lo mejor que le puede pasar en las elecciones regionales es que ningún dirigente nacional se pasara por su comunidad y la semana pasada el secretario general del PSOE del País Vasco aseguraba que se habían traspasado algunas líneas rojas.
Evidentemente esto y la mala imagen generada a incitado al Presidente a dar un giro de tuerca radicalmente, “si ha de caer que sea con las botas puestas”, primero pactó con los partidos independentistas a cambio de lo que fuera a costa de seguir gobernando y de un plumazo ha rehecho un gobierno vilipendiado por la gran mayoría del hasta ahora Reino de España.
Algunos definen los cambios como algo incoherente, puesto que el cabeza visible es el mismo, otros acentúan sobre el poder que acumula Rubalcaba que pudiera ser el próximo líder socialista, pero lo cierto y desde mi entender es que este gobierno adopta un cáliz tremendamente político.
Las intenciones y objetivos que ZP encomienda a partir de ahora, es propiciar una realidad próxima con el ciudadano y gestar lo de “dar la vuelta a las encuestas”, por ello se ha fundamentado en apuntalar a un personal con experiencia y capacidad de transmitir públicamente las bondades del gobierno “aplicando políticas que son las que convienen a pesar del rechazo social”.
Apartar a personajes como De la Vega, Moratinos, Corbacho o Aido, es eliminar parte de la imagen negativa, como en su día ocurrió con Magdalena Álvarez y poder a partir de ahora forjar un nueva que se gane la confianza en primer lugar de su electorado.
La misión es difícil, ardua y complicada, pero no imposible a partir de ahora la masa socialista ha vuelto a recobrar una haz de esperanza, por lo tanto el golpe de efecto que ha provocado “esa herida teñida de Z” es positiva en un principio, la expectación de los pasos que se vayan secundando será el resultado de un mejor impresión, pero algo está claro “José Luis Rodríguez está ilusionado”.
