Nuestro Ángel particular intenta siempre ayudar en sus primeras misiones a un político con muy mal humor llamado Antonio Prats y que por avatares del destino  se convertirá en un compañero inseparable en los cuatro años que dura esta legislatura

José Luis Zarazaga.-Estaba este humilde desarticulista demasiados días abandonado en limbo de su autocomplacencia, cuando recibió la llamada atronadora y terrible de su desalmado editor, el cual no tuvo mayor ocurrencia que pagar con este servidor sus cabreos medioambientales y la desidia de nuestro Equipo de Desgobierno hacia el problema que acucia a más de un ciudadano.

Siempre he pensado que la Dama Vagancia es muy peligrosa, pero el arte de cortejarla se nos da estupendamente a todos nosotros, pero como nobleza obliga y si no Pepe me obligará con el látigo me veo en la necesidad de empezar a escribir.

Nuestra situación política local es como una autopista hacia el cielo, o mejor dicho al sillón. Y se preguntarán ustedes, ¿pero para quién?; a estas alturas y viendo el caos en la oposición creo que no hace falta decirlo.

 

¡Qué paradojas tiene la vida! hace ya bastantes años vimos a Fraga bañarse en Palomares, ahora vemos a Antonio Prats bañarse en el Guadalquivir.

Paradójico es escuchar a Antonio Prats que él no tenía nada que ver con la pitada al Presidente de la Junta, pero sí que vimos a sus fieles seguidores intentando reventar un acto de suma importancia para 71 familias, siento decirlo: “Antonio has entrado en la  autopista pero vas en contra de mano, vamos que te has vuelto un conductor suicida”.

 

   He meditado largamente sobre el significado de todo esto y la conclusión es simple: “todos se consideran ganadores, todos consideran a sus rivales perdedores y todos nos toman por gilipollas”, siento decir que estáis equivocados ya que el pueblo es crédulo pero nunca debéis de pensar que es imbécil.

    No debemos de confundirnos con aquella serie que ya algunos ni recordareis que se denominaba “autopista hacia el cielo”, pero algo de parecido se establece en la situación que vivimos actualmente. Comparen ustedes la trama. En la actualidad se nos presenta a nuestra queridísima alcaldesa como una especie de Ángel que llego a Sanlúcar para ayudar a la gente en sus problemas cotidianos: “arreglo de barriadas, paseo de las Carlotas, Verdigones, entrega de viviendas, etc. etc.”

 

   Nuestro Ángel particular intenta siempre ayudar en sus primeras misiones a un político con muy mal humor llamado Antonio Prats y que por avatares del destino  se convertirá en un compañero inseparable en los cuatro años que dura esta legislatura. En todo momento nuestro Ángel da consejos y soluciones, pero no todo va a ser seriedad ya que en algunos momentos su compañero de fatigas opositoras nos deleita con sonadas y humorísticas actuaciones: “Preguntas fuera de tono al Presidente del Gobierno, abucheos a Griñán y la más importante el baño en el Guadalquivir”, lo siento amigo Antonio clavadito, solo te faltó el bañador blanco y hubiera sido Fraga en persona.

 

   Ante este panorama solo puedo gritar ¡Hija Puta Chiquitilla, si me está convenciendo hasta a mí!

   Por último y sin que sirva de precedente quisiera dar un pequeño consejo a nuestros flamantes colaboradores de la Asociación Triángulo. Con todo el respeto que me merecéis por vuestra sincera actitud os digo: “La libertad de expresión. Pilar fundamental en todo estado de derecho, en toda democracia. Libertad de expresar libremente lo que se cree, libertad para pensar de manera diferente. Atentar contra ese pilar, intentar derribarlo, lleva consigo funestas consecuencias para la sociedad y para la libertad.
   Maniatar las opiniones, amordazar las bocas que emiten opiniones discordantes a las defendidas, boicotear al que no piensa como tú, es digno de un pensamiento totalitario.
   Posicionarse y mantener una actitud así es un error. Un gravísimo y peligrosísimo error.
     La pluralidad de pensamientos enriquece a una sociedad. La hace más madura y tolerante. Más humana y abierta. Mas unida en la diversidad. La pluralidad no divide. El pensamiento totalitario sí. Trazar una línea y distinguir entre buenos y malos, los que están conmigo y los que están contra mí, es el caldo de cultivo ideal para la división, para la ruptura de la sociedad.”

 

   He sentido nauseas al leer el artículo que comentáis, pero como decía mi abuela, “El mayor desprecio es el no sentir aprecio”, a lo que yo añado “a palabras vanas oídos sordos”

   Al igual que diría a nuestros políticos locales, cada cual es responsable de lo que escribe, pero tenemos que aprender de una puñetera vez que una mentira mil veces repetida sigue siendo una gran mentira.

    Antonio vamos a ver si mañana vas tener un resfriado, mira que el agua está muy fría,  ¡mira que poner a bañarte en el mes de octubre!

     ¡Aprende de la Chiquitilla que mientras tanto ella visitaba el gimansio1